Entre dos puntas
A dos años del lanzamiento de El Príncipe de Persia: Las Arenas del Tiempo, Disney vuelve a la carga con el género de aventuras por medio de John Carter: Entre dos Mundos logrando un resultado más regular principalmente por basar su narración en un juego constante y conciente entre dos puntas: la solemnidad y el humor.
John Carter: Entre dos Mundos nos contará como un veterano soldado de guerra de los Estados Unidos es transportado por una extraña fuerza y sin planearlo a Marte, donde termina interponiéndose en un terrible conflicto entre dos poblaciones que determinará el futuro de aquel planeta.
Para conseguir un resultado superior a las anteriores producciones dentro de este rubro Disney, ni lerdo ni perezoso, recurrió al realizador de Wall-E y Buscando a Nemo, Andrew Stanton, consiguiendo que el humanismo de Pixar logre colarse en esta mega producción cargada de secuencias digitales y pantallas verdes o azules. Si bien el mencionado humanismo no carga por completo a la cinta, le da un valor agregado que termina por redondear una entretenida película. Stanton logra en las más de dos horas de duración, que por momentos se vuelven injustificables, transmitir sentimiento a través de la pantalla entre medio de tanta escena digital y actores actuando en piloto automático. De alguna manera es el ejemplo totalmente contrario a otro film (más antiguo, es verdad, pero su reciente estreno en 3D lo trae nuevamente a escena) que se reestrenó hace unas semanas llamado Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma. En esta última encontramos solemnidad, falta de humor, poco desarrollo de los personajes, secuencias de acción mal llamadas y un largo etcétera que hacen que su visionado sea una tediosa experiencia, mientras que en John Carter: Entre dos Mundos (sin ser una obra maestra) todo se desarrolla con mucha más limpieza y encontramos una narración fluida donde las espectaculares escenas de acción son invocadas en los momentos justos por la trama y donde el humor (la escena del escape con la persecución del "perro" es tan tierna como cómica) ingresa para bajar la carga de solemnidad que posee una historia donde el futuro de un planeta se encuentra en juego, además de poseer actuaciones mucho más cargadas de sentimientos entre tanta insensibilidad digital como en la mediocre película de George Lucas. Obviamente que si la mayoría de las películas épicas de ciencia ficción se compararan con Star Wars: Episodio I - La Amenaza Fantasma serían una obra maestra, pero de alguna manera en este caso su cercanía era tal que no se puede evitar una comparación.
Taylor Kitsch, Lynn Collins, Mark Strong y James Purefoy logran concretar cuatro actuaciones estereotipadas y poco originales, que más allá de eso terminan cumpliendo con la carga emocional necesaria en los momentos donde la cinta lo demandaba.
John Carter: Entre dos Mundos demuestra que es posible hacer una buena película de aventuras y ciencia ficción si se balancea la solemnidad con el humor y si las actuaciones aportan el humanismo necesario a tanta frialdad digital.