John Wick (2014) fue una ráfaga fresca narrativa, que ingresó en el mundo de las películas de acción con un personaje que proponía un estilo clásico en el que la venganza posibilitaba, además, el disparador de la acción y la tensión, y también el refuerzo de estereotipos.
Su propuesta honesta consolidó un film simple del cual ahora tenemos una nueva entrega plagada de acción, tiros y muchas muertes. Si en la primera Wick buscaba recuperar su vida, en esta entrega eso continua, y además se refuerza con la incorporación de nuevos personajes que, algunos, movilizarán al protagonista hacia un horizonte en donde matar es la única posibilidad de resarcimiento.
Wick asesina a sangre fría, sin siquiera movérsele un pelo, y eso le rinde a Keanu Reeves, quien una vez más compone el papel con la poca expresividad que lo caracteriza, algo que no afecta a este relato de venganza, búsqueda y asesinatos. Ideal para fanáticos de la saga y el personaje.