El actor Keanu Reeves, convertido en el nuevo rostro del género de acción, parece desafiar el paso del tiempo (al igual que Tom Cruise) en esta saga de gran demanda física.
Desde el comienzo, Wick huye por las calles de Times Square y es perseguido por matar a uno de los miembros de la Gran Orden en el hotel Continental. Así de complicada está la vida de este sicario a quien le asesinaron a su perro (un regalo de su esposa fallecida) y le robaron su auto en John Wick: Otro día para matar (2014).
La venganza llegó contra todos en John Wick 2: Pacto de sangre (2017) y ahora su cabeza tiene un precio de catorce millones de dólares. No hay lugar hacia dónde escapar y se transforma en un “excomunicado”.
John Wick 3: Parabellum retoma justo donde terminó la anterior. Esta tercera entrega es ambiciosa al plasmar un universo de jerarquías y luchas de poderes, en la que las reglas no pueden quebrarse porque desatan una furiosa ola asesina a nivel global que se extiende desde La Gran Manzana hasta Casablanca.
En ese escenario árido encontrará como aliada a una vieja compañera, Sofía (Halle Berry), custodiada por dos ovejeros alemanes adiestrados para matar.
El director Chad Stahelski, quien proviene del mundo del kick-boxing, entrega un producto vertiginoso que no da respiro y rompe las reglas de lo ”verosímil” desde el inicio. Hay muchos personajes dispuestos a matar a Wick, apodado Jordani, o a aquellos que le brinden su ayuda.
Acá reaparece Bowery (Laurence Fishburne) con sus palomas y se incluye a la Directora (Anjelica Huston), quien le asegura que “la vida es sufrimiento” y lo cuestiona: “¿Todo esto es por un perrito?”.
El relato explota los recursos del género de acción al máximo, con una impactante escena desarrollada en una biblioteca, en la que un libro se transforma en arma letal, contra un asesino gigantesco (en una clara alusión al Mandíbula visto en dos filmes de Bond); persecuciones a caballo al mejor estilo de un western moderno y un enfrentamiento con cuchillos. El filme acumula referencias (Operación Dragón) sobre el desenlace, guiños y violencia coreografiada hasta el mínimo detalle, con tomas extensas para apreciar las escenas de riesgo y las luchas cuerpo a cuerpo.
Un digno ¿cierre? de una trilogía exitosa en la que el héroe se convierte en la víctima de una horda de villanos que lo persiguen sin descanso. Al igual que sus fanáticos.