La nueva entrega de John Wick consolida esta serie entre las mejores franquicias que brindó el género de acción en las últimas décadas, con una adición especial que no debe ser ignorada.
Proviene del cine independiente.
Con un presupuesto moderado que no supera los 60 millones de dólares, ni la intervención de los ejecutivos de los grandes estudios, el director Chad Stahelski y Keanu Reeves lograron mantener el control creativo de su obra para ofrecer una propuesta inusual dentro de las producciones norteamericanas.
A diferencia de lo que se creía en un principio el nuevo film no cierra en absoluto la historia de personaje, sino que por el contrario expande aun más el bizarro mundo de violencia en el que se desenvuelve el protagonista.
Parabellum deja en claro que habrá John Wick para rato y esto está muy lejos de llegar a una conclusión.
Un riesgo que decidieron correr los realizadores, ya que expone a la serie a un eventual desgaste que eventualmente se manifestará en la taquilla de los filmes.
El tema es que mientras Stahelski continúe superando su propia labor con cada entrega, como lo hizo hasta ahora, la franquicia tiene un futuro solido como ocurrió con Misión: Imposible.
El tercer episodio tiene una apertura extraordinaria donde el director no le da respiro a los espectadores durante los primeros 30 minutos.
La trama retoma el conflicto a partir de la escena final de la entrega previa, donde Wick se convertía en una paria dentro de la sociedad de asesinos.
La intensidad de las secuencias de acción es descomunal a tal punto que uno se pregunta cómo harán para mantener ese ritmo y la calidad de las coreografías de peleas durante los 100 minutos restantes.
El típico clímax de una buena película de artes marciales acá lo encontrás en el primer acto.
En este punto encontramos una de las grandes virtudes de la dirección de Stahelski, quien nunca se repite en el tratamiento de la acción y le encuentra la vuelta para abordar los tiroteos y la peleas de un modo fresco y diferente.
El modo en que emplea un libro en una biblioteca durante una coreografía, los caballos, que incluyen un guiño al western, y los perros ninjas de Halle Berry son algunos de los elementos que construyen esta oda sentimental al género.
Con la particularidad que además juega muchísimo con el humor negro y el absurdo, un detalle que hace que esas escenas sean mucho más entretenidas.
Stahelski centra su relato en la acción y con pequeño detalles y sin demasiados diálogos construye el argumento de un modo perfecto.
Un ejemplo de esto lo encontramos en las presentaciones de los personajes de Angelica Houston y Halle Berry donde conocemos todos lo que necesitamos saber de ellas en una breve conversación con el protagonista.
En el caso de Berry acá tiene una participación fabulosa que pide a gritos un spin-off de su personaje y su intervención por momentos parece el teaser de una futura película dentro de esta franquicia.
La gran novedad de Parabellum es que ofrece un espectáculo adicional para los fans del cine de artes marciales con la incorporación en el reparto de figuras populares del género.
A lo largo de la trama tienen sus momentos destacados Tiger Chen (Man of Tai Chi), mentor de Keanu Reeves y Yayan "Mad Dog" Ruhian, de la película The Raid, quien sobresale en una pelea de casi 10 minutos con el protagonista.
Estas son las cosas que le valoro al cine de Stahelski y la franquicia de John Wick.
Al ser concebida en la producción independiente los realizadores se dan el lujo de hacer lo que quieren y nos regalan momentos como ese que son imposibles de encontrar en otras producciones hollywoodenses.
Más allá de la presencia de los artistas mencionados, Parabellum sobresale además por traer de regreso a Mark Dacascos (Only the Strong, Pacto de lobos), una de las grandes glorias del cine de artes marciales de los años ´90, en todo su esplendor.
Un actor que en los últimos años se desempeñó como conductor del reality de competencias culinarias, Iron Cheff America, y Stahelski lo hace lucir en el cine otra vez con un inusual rol de villano.
A los 55 años Dacascos vuelve a demostrar por qué su nombre se encuentra entre los grandes del género y la secuencia de pelea que tiene con Keanu Reeves es completamente épica.
Un momento que además brinda un hermoso homenaje al clásico Operación Dragón de Bruce Lee.
Para el amante del cine de acción esta producción es la gloria pura en una pantalla de cine y se destacará en la lista de los grandes estrenos del año.
Si sólo pueden ver una película este mes en el cine, que sea John Wick 3 que no decepciona en absoluto.