El legendario asesino a sueldo John Wick (Keanu Reeves) vuelve para el capítulo final, (final?) de una saga súper exitosa bajo la dirección de Chad Stahelski. Violencia extrema y acción sin freno es lo que esperan los amantes de Wick y es exactamente eso lo que van a recibir durante casi tres horas. Los personajes son casi los mismos más algunos nuevos. Su gran antagonista esta vez es el tan arrogante como cobarde Marqués de Gramont, una incorporación que cumple con gran eficacia Bill Skarsgard. Tras una pronta recuperación, y ayudado por Bowery King (Laurence Fishburne), John Wick está listo para volver a recuperar su vida, y a cazar a los que quieren su cabeza, que cada vez son más porque su nombre va aumentando de precio al igual que aumentan sus enemigos. Su intención es finalmente recuperar su libertad que está en la lista negra de la Alta Mesa. El detestable Marqués , en lugar de enfrentarlo, va mandando una cantidad innumerable de asesinos para aniquilarlo, por lo que veremos a un cazador, el Sr. Don Nadie (Shamier Anderson) y su perro, a su ex-compañero Caine, que puede luchar de forma implacable aún sin ver (realmente Donnie Yen se luce de manera espectacular) y a Killa (Scott Adkins). Cerca de John, hay varios personajes en los que confía, Winston (Ian McShane) junto al tristemente desaparecido recientemente, Lance Reddick como Charon, fiel acompañante de Winston. Se suman el Gerente del Hotel de Osaka, Shimazu (Hiroyuki Sanada) y su hija Akira (Rina Sawayama). La película recorre con tonos generalmente sombríos París, Japón, Berlín y el desierto, todos escenarios espectaculares, desde la disco, hasta las secuencias en el Arco del Triunfo o la del duelo y la famosa "escalera" (inolvidable momento), donde el gran héroe se enfrenta con furia a un montón de enemigos a los que derriba, cual muñecos. Reeves, habla poco, lo que quiere expresar lo hace con el cuerpo, es excelente en este tipo de roles, y se consolida como un gran, sino el mejor, actor de acción del momento. Para destacar, además, son las peleas, coreografiadas de manera impecable y precisa, tan impresionantes como las persecuciones a pura adrenalina. Frenética, dinámica y fabulosa.