Jojo es un niño de unos diez años que vive en la Alemania Nazi. Siendo un fanático, sueña con convertirse en un soldado, e incluso su amigo imaginario es el propio Hitler. Cuando descubre a una adolescente judía viviendo refugiada en su casa, de a poco ira chocándose con la realidad, y viendo que la fantasía que creía se cae a pedazos.
Luego de la espantosa Thor: Ragnarok, quien les habla no tenía demasiadas ganas de ver cualquier proyecto venidero encabezado por el realizador Taika Waititi, es por eso que mi hype para con Jojo Rabbit era nulo; y así fue la grata sorpresa que me lleve en el cine.
Jojo Rabbit es una comedia de tono infantil pero que se sitúa en un periodo histórico trágico, y, por ende, este estilo de hacer comedia termina resultando bastante bizarro, que combinado con el drama real que produce la guerra, hace que el humor que maneja Waititifuncione a la perfección.
Pero también debemos hablar del elenco. El pequeño Roman Griffin Davisse come la película, y justifica totalmente su nominación al Globo de Oro. Al mismo tiempo, está muy bien secundado, primero por la talentosa Thomasin McKenzie. Ambos componen una dupla súper querible, y el carisma que transmiten en pantalla es tremendo. En cuanto al reparto de adultos, todos tienen su momento para brillar, pero quien más destaca, una vez más, es Sam Rockwell. Es una lástima lo insoportable que se vuelve el propio Waititi a la hora de estar delante de la camara, y ya alguien le debería decir que deje de insistir actuando.
Esto último mencionado, es quizás lo único negativo que le encontramos a la Jojo Rabbit, ya que como decimos, el resto de los apartados cumplen su labor. La duración es la más acertada, ni siquiera llegando a las dos horas, y, por ende, teniendo un ritmo que no se detiene y en el que de forma constante la historia avanza.
Y para cerrar, también mencionar los escasos momentos que vemos de guerra. Ya que la trama se sitúa en la Alemania Nazi, era obvio que íbamos a ver un poco de contexto, y en este sentido, Waititi muestra buena mano para las peleas, sin nada que envidiarles a otros directores.
Jojo Rabbit es la sorpresa que se venía diciendo en los festivales. Contando una historia tierna que mezcla el humor con la tragedia, no va a dejar indiferente a nadie, y hace que todos aquellos que odiamos Thor: Ragnarok, le demos una nueva oportunidad al director nacido en Nueva Zelanda.