Jojo Rabbit: Hitler en la mente de un niño.
¿Qué es lo primero que piensan si les decimos que existe una película donde Adolf Hitler, interpretado por el mismísimo director del film, se proyecta en la mente de un niño alemán en plena segunda guerra mundial y es su amigo imaginario?
Con un tono aparentemente bizarro y de comedia, «Jojo Rabbit» (2019) llega a los cines dirigida por Taika Waititi (What We do In The Shadows, Thor Ragnarok) y con un elenco de actores como Scarlett Johansson, Sam Rockwell y Rebel Wilson.
Lo primero que se nos puede venir a la cabeza es qué tan irreverente es todo. Dependiendo obviamente del juicio y el gusto del espectador, la película siempre juega del lado de quedar respetuosa y prudente, mucho más que el de ser una auténtica locura. Esto le termina jugando mal en algunas ocasiones, ya que su humor queda en un tono simplón y poco logrado. Obviamente tiene sus buenos chistes, pero los malos logran opacar la gran idea que podría generar una película de comedia libre de prejuicios en 2019, con lo difícil que está resultando últimamente esto.
Vale la pena aclarar que pese al humor chato de algunas de sus escenas, la película es totalmente agradable de ver. En ningún momento resulta densa y su duración de una hora y 48 minutos es correcta. Esto se apoya muchísimo en la calidad actoral con la que cuenta el director, siendo la más destacable de todas la joven Thomasin McKenzie, quien sorprende y se roba la atención del espectador en cada escena que aparece.
Aún así, lo que termina realmente ayudando al film a posicionarse y elevarse como una película de calidad no es su comedia barata o su supuesta irreverencia, sino que paradójicamente, sus momentos dramáticos terminan siendo los picos más altos de esta montaña rusa.
El tacto y cuidado tomado para no pasarse ofendiendo a alguien a la hora de construir situaciones humorísticas termina jugando a favor para construir el conflicto dramático y las sensaciones emocionales de la trama. Es, eso si, una mezcla muy rara y que a veces parece no encajar del todo con lo que se venía postulando, pero una vez que uno se acostumbra y entra en lo que plantea la historia, tendremos unos momentos muy interesantes de ver.
Puede que si uno ve «Jojo Rabbit» con las expectativas muy altas, se encuentre algo decepcionado. También puede que si uno va buscando reírse a carcajadas, quede algo sorprendido. Pese a su irregularidad en el tono y a algunos momentos algo cringe, la película de Taika Waititi funciona y tenemos en el resultado final una sugestiva historia y con un tercer acto emocionante. Para los fanáticos de lo bizarro, bajar las expectativas un poco. Para los que quieren ver una buena película, vayan y quedarán satisfechos.