Nunca me enamoró la serie de Cartoon Network de los Teen Titans, pero porque era para niños pequeños.
Sin embargo, supe apreciarla por lo que era, y noté desde un principio el buen impacto que generaba en los más chicos, y lo genial de que descubrieran a los personajes de ese modo.
Esta película me agarró medio desprevenido, pese a que sus trailers me habían gustado mucho, porque no me esperaba pasarla tan bien y reírme tanto.
El film es una amalgama perfecta de entretenimiento para chicos y pasión comiquera.
Tengo que verla varias veces más para poder enumerar todas las referencias que hay. Cosas muy de hardcore fans.
Y el hilo conductor de que Robin sienta que necesita su propia película, y haga todo para conseguirlo, sirve como gran excusa para chistes internos de Hollywood.
Algo así como Deadpool pero pasado por mil filtros ATP.
Incluso hay algunos chistes que son para adultos y que pasan desapercibidos por los niños.
Me quedé con muchas ganas de verla en idioma original, sobre todo para escuchar a Nicolás Cage como Superman.
En definitiva, nos encontramos ante una gran sorpresa que no hay que perderse.
Por último, hay escenas post créditos, así que a no levantarse.