La última película de David O’Russell (El lado luminoso de la vida, American Hustle, Tres Reyes) vuelve a unir a sus tres actores fetiches: Jennifer Lawrence, Robert De Niro y Bradley Cooper.
Ambientada en la década del 90, Joy vive con su familia. Y me refiero a TODA su familia. Su ex marido y su padre en el sótano, su madre en un cuarto (esta divorciada del padre), su abuela y sus hijas. Como único sostén en todo sentido del grupo familiar (económico, anímico, etc.), Joy se pregunta que salio mal con su vida, como llego a donde esta siendo una gran estudiante con un brillante futuro por delante, en que momento se truncaron sus sueños.
El gran problema que tiene la película, es que fue construida como un vehiculo para que Jennifer Lawrence se luzca. Es innegable el carisma de la actriz (aunque no comprendo el enamoramiento de gran parte de la prensa especializada, entre ellos, el jurado del globo de oro que le otorgo por esta cinta el premio) pero en este caso queda corto.
Los personajes y el universo donde se mueven, parecen salidos de una película de los Hermanos Coen. Exagerados, forzando los estereotipos al limite, Joy es la única que se podría decir que actúa como “una persona normal”. Todos los demás están tan forzados que parecen ridículos. Y al no ser una cinta de los Hnos. Coen, no cierra. Se quedan cortos.
A esto se suma que Russell trato de darle un toque personal a la cinta, darle su propia mirada como director, que coincida con esta locura de los personajes, pero falla y parece imitar a Paul Thomas Anderson y desgraciadamente, hay un solo P.T.A. La dirección distrae, y por momentos en vez de sumar a la historia la hace caótica.
Como último agregado, solo me falta decir, que es realmente una lastima que semejante reparto, haya sido desaprovechado. La historia no es mala (sin contar el detalle que tratando de ser una película “feminista” el invento es uno de los conceptos mas machistas que he visto) y tenia todo para ser una gran película.
Pero el vehículo para que brille Jennifer, en mi modesta opinión, fallo y se transformo en algo que esta pasando últimamente en Hollywood, películas que sirven para el ego del director y se olvidan de la parte que completa cualquier obra del séptimo arte: el publico.