"Joy" es la nueva película del prolífico director David O. Russell ("Silver Lyinnings Playbook", "American Hustle", "The Fighter", entre otras) que llega para contarnos la historia real de una mujer que venció muchos obstáculos para convertirse en una gran empresaria de los Estados Unidos.
Si bien la dinámica del film tiene la impronta de calidad de Russell, resulta en su conjunto un producto un tanto disperso y menos interesante que otras películas dirigidas por él. Creo que el afán de combinar su forma de narrar con esta historia de base feminista y capitalista terminó por exagerar algunas cuestiones de manera un poco torpe. Es como la historia de una Cenicienta cuyo poder femenino se diluye bastante en el trasfondo económico de la propuesta.
Joy alcanza su felicidad y realización cuando se convierte es uno de esos empresarios que en el camino le pusieron trabas a ella misma para lograr sus objetivos.
A nivel interpretativo todo el cast está muy bien, como suele suceder en películas de Russell. Jennifer Lawrence se destaca en el rol protagonista aunque no se si es una interpretación digna de un premio. Creo que ha tenido mejores. Le siguen Virginia Madsen, Robert De Niro, Edgar Ramirez y Bradley Cooper entre otros.
Lo mejor del film pasa por el ritmo que se ofrece, los diálogos filosos y algunas escenas realmente emocionantes como cuando increpa al empresario que la viene estafando o cuando logra su primer gran venta en un programa de televentas. Russell sabe lo que al espectador le gusta ver en pantalla y lo explota muy bien. Lo no tan bueno de la propuesta tiene que ver con remarcar demasiado lo que está pasando, como por ejemplo la narración de la abuela de Joy que está presente en buena parte de los momentos. Otra cuestión negativa es la resolución con mensaje de éxito personal asociado indefectiblemente al ascenso económico. Sí, es la definición de sueño americano del estadounidense, pero es algo que me resulta muy banal, superfluo. En "Joy" lo muestran de manera que queda claro que la protagonista encuentra la felicidad y el equilibrio de su vida cuando llega a ser la CEO de una gran cadena de productos, no cuando compone sus relaciones familiares. Esto me dejó un gusto un poco amargo. Por último, creo que Russell se dispersa un poco con algunos caprichos, como las secuencias en las que Joy tiene pesadillas con las novelas que ve religiosamente su madre.
Una película que sin ser de lo mejor del director o Jennifer Lawrence, se deja ver y por momentos resulta reveladora y entretenida.