Imaginemos una película cubana de zombies. Todas las películas de zombies, desde Romero para acá, tienen una connotación política. Desde Night of the Living Dead y su protagonista negro que termina víctima de un escopetazo, hasta Dawn of the Dead y los zombies en el shopping como metáfora de la sociedad consumista. Entonces una película de zombies ambientada en La Habana siglo XXI es muy prometedora.
Juan de los muertos es una coproducción cubano-española ambientada en La Habana. Es una comedia de zombies –al estilo Shaun of the Dead o nuestras Plaga Zombie– que además baja una línea política.
El protagonista es Juan (Alexis Díaz de Villegas), un buscavidas cubano que fantasea con irse a Miami en balsa. Después de un prólogo costumbrista de la vida en La Habana, aparecen los zombies que salen de un Comité de Defensa de la Revolución. Según la historia oficial -según Granma- los zombies son contrarrevolucionarios.
En honor a la verdad, Juan de los muertos nunca termina de funcionar en sí misma. Los gags son de película argentina de los ‘80. Como género de terror tampoco funciona y como metáfora crítica es un poco evidente y tampoco se termina de jugar.
Sin embargo hay algo en Juan de los muertos que entusiasma. Los zombies bajo el agua -quizás robados de Piratas del caribe- y cierta cuestión zumbona del protagonista, que recuerda a un Alberto Olmedo, la transforman en algo a tener en cuenta.
Sin dudas, es fácil sobrevalorar a una película cubana de zombies que no es un desastre. Juan de los muertos le ganó el Goya a la mejor película iberoamericana a la paraguaya 7 cajas y a la argentina Infancia clandestina. Es la mejor de las tres, sin dudas, pero le falta algo. Quizás le falta olvidar su origen y llegar hasta las últimas consecuencias. Así como está, a Juan de los muertos le faltan cinco pa’l peso.