Una matanza de zombies apenas divertida
Mostrando a través de la comedia una Cuba más abierta o más tolerante a críticas, algo similar a lo que ocurría en los 70’s cuando los españoles usaban la expresión “dictablanda” para la apertura con cierto cine de género que mostraba el gobierno del general Franco, Juan de los muertos, de Alejandro Brugues, toma el subgénero zombie y lo introduce en el contexto de la isla caribeña.
Un grupo variopinto, bajo el eslogan “Juan de los muertos: matamos a sus seres queridos”, tiene La Habana a su disposición para aniquilar zombies. Este contexto sirve para meter algunas ideas que funcionan (los institucionales del gobierno socialista, que quedan ridículos al hacer referencia a que el enemigo son grupos infiltrados de norteamericanos alentando disidentes) o la masiva huida en balsa desde la isla ante el estado de caos reinante.
El actor y director de cine de culto cubano Jorge Molina es la revelación de la película con su personaje cercano en algunos casos al universo de Santiago Segura. Y si bien los efectos especiales tienen presupuesto, hace ruido el uso de digitalización en muchas de las escenas.
Si bien como película divertida cumple, es justo señalar que Juan de los muertos, por su temática zombie, ha sido puesta en contexto -como siempre ocurre- con el cine de George Romero, aunque la gente de Farsa y su Plaga Zombie marcó tendencia al desatar el virus de los no muertos en Latinoamérica.