APRENDIZAJE EN LA PANDEMIA Desde marzo de 2020 Jeff Zorrilla filmó su vida, o mejor dicho fragmentos de todo lo que vivió durante la pandemia. Todo esto, hecho en 16mm y algunas escenas en Súper 8, es desprolijo, muchas veces las imágenes están esta fuera de foco, pero como el mismo realizador comentó, parece que esa es su marca registrada, el escupir todo lo que siente y mostrarlo en pantalla. Zorrilla es norteamericano y hace unos años vino a vivir a la Argentina. Su mirada sobre muchas de las cosas o situaciones que vive en la pandemia son muy divertidas, su amistad con una realizadora de Súper 8 japonesa, y el aprender junto a su mujer Naty ese idioma. El ser contratado por una serbia para filmar un eclipse y que el resultado no sea del todo positivo. Todo esto lo irá contando con una fluidez increíble, su voz le dará identidad a todo el film. Hay dos puntos clave en la película, uno tiene que ver con el paso del tiempo durante la pandemia, que lo lleva a él y a su mujer a querer tener un hijo, hecho que viene de la mano de tomar responsabilidades para él, que siempre fue bastante desorganizado con su vida. El otro es la relación que tiene con su padre, conflictiva, que le hicieron en algún momento tomar la decisión de irse de su país. Esto genera una hermosa reflexión en la que habla de cómo sería la relación con su hijo y el entender cómo fue ese vínculo con su padre para no repetir los errores en su relación.
HISTORIAS DE VIDA Cuatro personajes que viven en el centro de Córdoba Capital y nunca se cruzan entre sí le servirán a la directora, María Aparicio, para narrar situaciones de sus vidas en la ciudad. La película habla sobre el trabajo, los que lo tienen y los que no. Habla del paso del tiempo, no solo del que trascurre en la película, sino cómo lo están viendo los jóvenes y cómo lo ven los adultos. El afrontar su cotidianeidad, cada uno con sus dificultades. El trabajo de la realizadora es muy sutil, en algunos casos va repitiendo rutinas, como el personaje de Ramiro y su actividad como cocinero de un bar, su vuelta a casa todos los días por la misma calle y una relación que comienza a entablar con un kiosquero. Si bien la película es dramática, sobrevuela el humor en varios pasajes, siendo la historia de Ramiro y la de la mujer que es instrumentista en un quirófano y comienza un taller de teatro para adultos (interpretada por la gran Eva Bianco), las que generan los momentos más divertidos. En Sobre las nubes destaca el personaje de una joven barrendera/música que aparece y desaparece, que en algunos momentos interactúa con los otros personajes; no es un nexo entre las historias, pero su presencia siempre genera momentos interesantes. La escena en que dialoga con el padre de la niña que lleva un globo en la parada de colectivo, tiene una primera parte divertida, luego termina siendo un momento más amargo sobre cómo distintas generaciones enfrentan el desempleo. La de Aparicio es una película coral que funciona porque no solo los cuatro personajes principales son atractivos, cada uno de ellos se mueve en sus micro universos que crean a su vez personajes secundarios interesantes, como el vendedor ambulante, las empleadas de la librería o los otros trabajadores del bar.
ENSAYO SOBRE LOS DESECHOS El director no pudo terminar un documental sobre González Catán, uno de los lugares elegidos para ser el vertedero de basura de gran parte de la Ciudad de Buenos Aires y el AMBA, de las consecuencias que esto trae y los problemas que los vecinos van teniendo en su salud. El ensayo de Víctor Cruz tiene como uno de sus puntos de partida este tema, aunque esto solo sea un eje conductor para hablar de su cine, su carrera como documentalista, su frustración no con lo que hace sino para quién lo hace. El sentir impotencia ante lo que muestra, no logrando cambiar nada, como le sucede a una de sus entrevistadas que hace años pelea por lo que parece ser una causa perdida. Hay momentos en que habla de la cinefilia, lo que pensaba que era el cine y sus recuerdos de Sábados de Súper Acción (imágenes de Más corazón que odio, La cosa y El puente sobre el río Kwai), y lo que terminó siendo su carrera volcada al documental y la docencia. En un tramo de la película cuenta una interna relacionada con el mundo del cine, tiene una disputa con un investigador y coleccionista argentino muy famoso por un cortometraje de Alberto Fisherman que él posee. Hace una analogía con el tema que trata (la basura), dice que parecen dos cartoneros del audiovisual disputándose ese material. El ensayo son desechos de varios trabajos suyos, y a diferencia de lo que se hace en la mayoría de los casos que muestra, no elige esconderlos, trata de armar con lo poco que tiene un retrato honesto de lo que siente.
ARDE LA CIUDAD Panash es un artificio, hay una puesta en escena de videoclip y no se esconde, y eso es parte fundamental de los aciertos que exhibe la película de Christoph Behl. La mezcla de realidad y ficción ofrece una Buenos Aires distópica que tiene mucho de lo que conocemos (barrios marginales, violencia callejera, policías reprimiendo), todo esto matizado por algunas secuencias que podrían acercarse al cine de Walter Hill (The Warriors, Calles de fuego). Lo que funciona muy bien en la película son las actuaciones, los cantantes del movimiento hip-hop de Argentina que participan no quedan expuestos a sus limitaciones, en su mayoría todos están muy bien. Sobresalen Lucas Darío Giménez (Homer, el mero mero) y Real Valessa (quien interpreta a la rapera que le da título al film). Behl logra darle fluidez al relato, mostrando la realidad del barrio en el que viven las protagonistas mezcladas con imágenes de disturbios o marchas que se realizan en el centro de la ciudad. La historia de amor que incluye un triángulo entre Homer, el mero mero, Real Valessa y Lautaro Lr (interpretado por Lautaro Rodríguez, quien es el que más background de actuación tiene) queda potenciada en los minutos finales. Las canciones son un punto fuerte, los clips en donde los protagonistas hacen una especie de intermisiones contando su situación antes de seguir con el relato no quedan forzados, ya que la película siempre juega con ese tono.
DE UN CINÉFILO PARA TODO EL MUNDO A través de diferentes fragmentos de películas del director Raoul Walsh, en No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo conocemos su forma de mostrar no solo lo que dice el título, sino cómo ingresa un hombre a una habitación. Nicolás Zukerfeld tiene pasión por el cine clásico y en este caso concreto admiración por el cine de Walsh. El documental de Zukerfeld es cautivante, no solo por el montaje laborioso que muestra en el Capítulo 1, sino también por la investigación de tipo procedural que realiza en el Capítulo 2 para encontrar una supuesta frase que cita el director Edgardo Cozarinsky. Hay un trabajo de investigación y visionado muy completo teniendo en cuenta que la filmografía de Walsh no se consigue fácilmente. Su obsesión por descubrir si la frase citada existió, tiene momentos que van llevando la historia de la sorpresa al humor. Resulta increíble que toda la primera parte de la película tenga un montaje frenético y se logre crear casi un film con varios fragmentos del realizador norteamericano, para luego pasar a una pantalla negra en la que se pegan textos de diferentes fuentes, manteniendo la misma intensidad. No existen treinta y seis maneras de mostrar cómo un hombre se sube a un caballo es una película hecha por cinéfilos, pero no impide que la vea gente que no conoce nada del realizador al cual se homenajea. Al terminar, me quedan ganas de ver todo lo que me falta de la filmografía de Walsh, aunque no sean 36 sino solo una forma de mostrar caballos y hombres.
ESO QUE TÚ DICES Camila se muda con su madre y su hermana, se va de La Plata y llega a Capital Federal. Nueva casa -la de su abuela que está internada-, nuevo colegio -religioso y estricto con respecto a ideologías de todo tipo- y nuevos compañeros/amigos. La película de Inés Barrionuevo tiene el problema que muchos títulos actuales suelen tener, el anteponer un tema o varios por sobre la historia. La carga ideológica de Camila saldrá esta noche hace que en cada diálogo se quiera decir algo importante, llevando todo al terreno de lo subrayado. Nunca se descansa en la narración, los personajes parecen solemnes todo el tiempo, todos quieren opinar sobre temas relevantes, como en la escena que entran al edificio las dos hermanas y la menor le está hablando de racismo. Los estereotipos que representan cada uno de los jóvenes no hacen ruido, es algo que el cine tiende a hacer en muchas películas. El problema es lo artificial de algunos textos que parecen frases sacadas de panfletos. La escena más libre de la película, es el despertar sexual de Camila con otra joven; está bien filmada y la excusa de cubrirse con un plástico mientras tienen sexo porque la abuela de Camila no quiere que le usen la cama, le da credibilidad. Destacar la actuación de Nina Dziembrowski, una actriz a tener en cuenta.
ALGUIEN TE VIGILA Un director de cine llamado Fernando Blanksy presencia un suicidio que lo deja perturbado. Su familia (mujer e hija) lo tienen como un vago. Tentado por una organización piramidal llamada K.E.OP/S, que le asegura que su vida cambiaré, se conecta a su sitio web. Todo esto es una trampa para comenzar a espiarlo y acecharlo. En ese contexto, uno de sus mejores amigos (un actor bastante violento al que él un poco desprecia/envidia) lo comenzará ayudar para investigar quién lo está observando y qué hay detrás de esta organización. Todo lo dicho es una excusa para comenzar este hermoso delirio que le sirve a Nicolás Goldbart, director de Fase 7, para utilizar referencias cinematográficas de los thrillers paranoicos/conspirativos que se hacían en la década del 70, con el agregado del humor como elemento esencial para que la historia siga adelante. Las actuaciones de Daniel Hendler y Alan Sabbagh están otra vez en estado de gracia, toda esa relación que va creciendo a medida que la película avanza nos muestra uno de los temas de los que habla la película, la amistad (referencia al cine de Sergio Leone incluida). La forma en que nos muestra el barrio de Belgrano es otro hallazgo de la película: lo que en el cine norteamericano sería común, acá sirve para homenajear lugares en donde seguramente el realizador vive, vivió o pasó alguna etapa de su vida. La escena de la Galería Río de La plata (con homenaje incluido a Splatterhouse) es uno de esos momentos. La película tiene momentos violentos y sangrientos, que son matizados con mucho humor negro, eso se nota sobre en el final. Ya nadie va estar seguro en su casa o departamento, ya nadie va a sentarse o caminar tranquilo por la Plaza Manuel Belgrano, cerca de la iglesia redonda, porque K.E.O.P/S te vigila.
TODO SOBRE MI MADRE El documental La luna representa mi corazón se divide en dos viajes que el realizador Juan Martin Hsu hizo junto a su hermanastro en 2012 y 2019. Su destino, Taiwán, lugar en donde se reencontrará con su madre. En determinado momento los hermanos tienen una discusión (el mayor no quiere aparecer en la película) y quien dirige le explica que este es un documental sobre la familia, los abuelos, su madre. En esa descripción está todo lo que nos muestra. Se ve a la familia, a la madre, se hablan de muchos temas; la película es como una cebolla, tiene varias capas y cada una de ellas nos devela algo más interesante que lo que veníamos viendo. Hsu sabe cómo utilizar las herramientas para que las charlas familiares descubran un pasado increíble, el de su abuelo es el que más impacta; el de su padre, que por lo que se deja ver, tendrá un documental propio. El director juega con una historia de ficción que filmó en Taiwán, pasajes que están intercalados en todo el relato documental, son recreaciones que hablan de la inmigración. Se nota la influencia de su propia historia familiar (hay momentos que son exactos), el más efectivo es el de la última noche de una joven que se va del país y sale con su amiga, que incluye una emotiva escena en un pool. El personaje más fuerte del relato es sin duda su madre. Su historia de inmigración forzada, su falta de arraigo con la Argentina (donde vivió varios años atendiendo un restaurante), su vuelta a Taiwán sin sus hijos, su primer marido (el padre del hermano de Juan Martín) a quien ella consideraba un inútil (gran momento cuando tiene una discusión con uno de sus hermanos con respecto a cómo veían al mismo hombre). La luna representa mi corazón termina siendo muy emotiva, pero antes del final hay una imagen que representa eso y ya nos pone en contexto. La madre canta en un karaoke, la canción es la que lleva el título del documental. Cuando termina y espera por otra, levanta su cabeza y sonríe; está disfrutando, le regala esa imagen a su hijo. Es el mejor momento para un documental que tiene muchas historias familiares, pero está dedicado a ella.
THRILLER EN LA SELVA Un guardaparque, su novia y un amigo de la infancia de ambos irán incrementando las rispideces que tienen. En el medio de todo esto, en la selva, la presencia de un animal acecha la zona y está matando a los otros animales del lugar. El silencio del cazador es un thriller, pero también tiene varias capas que la pueden vincular con otro tipo de películas, especialmente con cierto tipo de policial en ambientes selváticos que tiene fuerte raigambre en nuestro cine (recientemente se estrenó Al acecho, por ejemplo) y que Martín Desalvo recrea con astucia. El silencio del cazador avanza sobre diversos asuntos que se relacionan y fluyen narrativamente. La historia de amor no terminada entre el polaco (gran actuación de Alberto Ammann) con Sara (Mora Recalde), pareja del guardaparques (Echarri). Las diferencias sociales entre los nativos y los colonos en la provincia de Misiones, lugar donde se desarrolla la película. Diferencias entre los cazadores y los que tienen que proteger el parque, haciendo ingresar el tema ecológico y ciertos niveles de corrupción interna en las áreas correspondientes. La película de Desalvo va generando climas de tensión y el ambiente se carga lentamente, aunque nunca termina de explotar. La selva se vuelve un protagonista más y, sobre el final, hay una gran escena que hace recordar algo del western clásico. Otro de los puntos a favor de la película es que todos los integrantes del elenco que son de Buenos Aires incorporan la típica tonada de Misiones, sumándole credibilidad. Y este es un gran acierto del realizador, por la importancia que tienen algunos diálogos, eludiendo porteñismos que nos hubieran sacado fácilmente de la película.
FANTASÍA Y TERROR EN LA SELVA En su nueva película, Laura Casabé recurre a los mitos de la región para construir un relato de género con elementos fantásticos y de terror. “Iguazú” es la madre del día y la noche para las culturas guaraníes, y a ella es que una madre le pide que le regrese a su hijo muerto: que finalmente volverá, pero no lo hará en solitario. Con múltiples aciertos, Los que vuelven es una película que nuevamente pone muy alta la vara del cine de género argentino. Hay varios motivos para recomendar esta película. La historia es un mito que utiliza a la naturaleza y los aborígenes como personajes fantásticos. Sirve también como muestrario de las diferentes clases sociales, inclusive mediante un diálogo entre varios personajes nos enteramos quiénes manejaban el negocio de la yerba en esa época. Si siempre se pide al cine nacional que lo autóctono se mezcle con la estructura de los géneros más populares, Los que vuelven lo consigue y crea unos personajes que meten miedo, como unos aborígenes zombificados o poseídos. La película se divide en tres actos y tiene un arranque impresionante, con una muy buena presentación de personajes y algunos climas remiten a La bruja, como aquella escena en que el niño Manuel ingresa a la selva. A Laura Casabé le gusta el género y no los menosprecia, les pone vida a sus personajes y genera que el público se interese por lo que está viendo. La selva es un protagonista más y en algunos pasajes del último acto, le sirve a la directora para generar climas que realmente asustan.