Pasión y política
Paula de Luque se centra en la primera etapa de la relación entre Juan Domingo Perón y Eva Duarte.
La historia de amor entre Juan Domingo Perón y Eva Duarte es lo que cuenta Juan y Eva , el nuevo filme de Paula de Luque que elige, con inteligencia, centrarse en el breve período de la relación entre ellos que va desde que se conocieron, en enero de 1944, luego del terremoto de San Juan, hasta el 17 de octubre del ‘45.
La inteligencia de la decisión se nota en dos hechos. Por un lado, porque invita a conectar ese período iniciático con lo que después sería la más pública presidencia de Perón -y los hechos más conocidos de las vidas de ambos- sin tener que mostrarlos. Y, por otro, por entrar en un terreno algo más especulativo y dable a la ficción. ¿Quién sabe realmente cómo fue la vida privada de esta mítica pareja? Paula de Luque lleva a buen puerto un filme que, si bien no sorprende, está correctamente organizado desde lo narrativo, bastante bien actuado y no cae demasiado en los clichés (frases célebres, situaciones archiconocidas) que tienden a plagar este tipo de producciones históricas. También, se nota, es una producción de relativo bajo presupuesto que se las arregla ingeniosamente para resolver situaciones épicas -concentraciones de gente- con bastante cuidado.
Sí se deja ver en esa relación, tal vez por tener a una directora al comando, una mirada mucho más puesta en la figura de Eva (muy bien Julieta Díaz), quien de a poco demuestra que no teme hablar cuando nadie del círculo que rodea a Perón la invita, ni deja de enfrentar a otras mujeres que rodean al entonces Coronel (desde lo personal a lo político, amantes, secretarias; gran trabajo de María Ucedo aquí) con la fiereza y personalidad que muchos le conocieron.
A Perón (Osmar Núñez, alejadísimo de la caricatura) se lo ve tironeado entre el establishment con el que tiene que manejarse y la propia Eva, que ve crecer el odio alrededor de ella y, luego, de ambos. Dividida en capítulos, Juan y Eva tiene, claro, la pátina de película oficial sobre el tema, de hagiografía si se quiere. Pero De Luque se cubre de esa acusación al mostrar flancos discutibles de los personajes que hacen destacar su humanidad y las duras circunstancias que debieron atravesar para que esa historia de amor termine siendo, para muchos, una de las grandes historias del siglo XX.