El amor es un revolución eterna
Si había una historia soñada por muchos argentinos era aquella del general Perón y Eva Duarte, eso pareció entender Paula de Luque quién concretó su filme con rigurosidad y sin caer en ninguna cosa que suponga hacer un filme "para llevar agua a un molino determinado", que aquí sería el oficial. Esta directora narra una relación difícil, tempestiva, controvertida, polémica, con la de la actriz mediocre -que Eva lo era- y el líder más carismático y notable que tuvo nuestro país el pasado siglo.
La austera realización -sin pomposas o costosas aristas de superproducción- surge como un muestrario objetivo y honesto, a diferencia de aquella "Ay Juancito!" de Héctor Olivera, apósito del cine de la vereda contraria, y sino recordar: "No habrá más penas ni olvidos" (1983).
"Juan y Eva" no es la gran película, pero si un notable ejemplo de verosimilitud y seriedad, sus protagonistas están más que bien: Osmar NÚñez es un Perón estupendo con su carismática retórica y amabilidad, en tanto Julieta Díaz una Evita significativa, que pela agallas y cría su terrible resentimiento en distintas partes de la historia. Pero el amor es más fuerte que todo eso y los personajes se encargan de sentirlo y nosotros de apreciarlo en este filme digno
y muy recomendable en su totalidad.