Encuentro con una pareja histórica
Indudablemente Juan Domingo Perón es un personaje controversial en la historia argentina. Muchas veces ha sido recreado en el cine con dispar suerte. En algunas oportunidades, casi caicaturizado y reducido a un puñado de gestos ampulosos y en otros elegido como estandarte en documentales pro-justicialistas. Para variar, esta vez siento que el registro viene por otro lado. Paula Luque, cineasta nativa y guionista, se preocupa en este primer trabajo importante (en su CV encontramos "El vestido" como el más reconocido por el público especializado) por contar una historia de amor. Claro, no deja de lado hacer una prolija investigación para encuadrar lo histórico en su justa dimensión y desnudar algunas cuestiones sobre la relación íntima de Juan Perón y su esposa.
Es importante decir que para los que pintamos canas (o tenemos ya poco pelo), hay poca sorpresa. Arranca la historia con el devastador terremoto en San Juan hacia mediados de los 40' y su impacto en la oficialidad "revolucionaria" que dominaba al país. Entre el grupo de oficiales de segunda línea que lideraban ese movimiento (Luque pone en boca del militar decir que hicieron ese golpe "para terminar con el fraude"), Perón (Osmar Nuñez, de gran parecido físico con el General) se destacaba por sus ideas y su compromiso social, hecho extraño en esos días. El hombre tenía carisma (tres veces Presidente terminó siendo) y enseguida en aquel festival del Luna Park para recaudar fondos para la hermana provincia en ruinas, queda prendado por Eva (Julieta Díaz). Ella era actriz de radioteatros, de gran belleza y juventud buscando su lugar en el mundo del espectaculo. Al conocerlo, Eva queda impactada por su porte y llegada, lo cual preludia un romance complicado. En ese momento nuestro protagonista estaba ocupando la Secretaría de Trabajo e impulsaba muchas medidas que a ciertos sectores de la sociedad no le gustaban. Advirtiendo esto, el gobierno norteamericano envía un embajador llamado Braden (Alfredo Casero!!!) a poner las cosas en orden y liderar la oposición a dichas acciones. Veremos que sucede entonces en la vida de esta pareja hasta el famoso 17 de octubre de 1945, fecha crucial para este tiempo que vivimos.
La película muestra paralelamente, los vaivenes de la relación (comienzan a convivir al poco tiempo) y el marco político en el que estaba inserto el entonces Coronel Juan Perón. El problema mayor de la cinta, es que nunca termina por definirse si volcarse de lleno al terreno amoroso (aunque Díaz le pone bastante el cuerpo a las escenas de cama) o profundizar en las intrigas palaciegas del corazón del poder. Su Eva es bastante sexy pero tiene poco fuego en la arena de la discusión. Eso, le juega en contra al film, ya que desperdicia a una intensa Julieta Díaz que por momentos parece no dar la talla de su personaje. No por falta de capacidad, sino de dirección, seguro. No vemos en Eva casi ningún rasgo que alumbraría lo que ella sería para el pueblo, nada menos que "la abanderada de los humildes". La carga mayor de los diálogos queda entonces en poder de la oficialidad que acompaña a Perón y a algunos secundarios interesantes, que podrían merecer más líneas (la asesora que escribe discursos, el hermano de Eva, etc) y eso hace que el film se deje ver pero no represente un trabajo sobresaliente.
Donde hay mayor lucimiento es en el cierre de la película, cuando se funden lo narrativo con las imágenes de archivo en un simple pero eficaz recurso para dotar de emoción el cierre.
Si me preguntan seriamente, más que una historia de amor, la sentí como un thriller político... Pero no se, he visto tanto cine en estas horas que quizás no sea justo rotularla en estas horas. Si se que es un producto interesante, con cierto valor histórico y prolijo. No creo que pase a la historia como si lo han hecho Juan y Eva en el corazón de nuestro pueblo...