El camino hacia cumplir los treinta es bastante arduo. Entre los estudios y el trabajo para mantenerse, los jóvenes muchas veces sufren diferentes altos y bajos que determinarán su futuro. El camino a la adultez es difícil de afrontar, y cuando un joven choca con la realidad, el sendero se dificulta aún más. Es eso lo que retrata la nueva película de Matías Szulanski, ‘Juana Banana’. Presenta una protagonista particular que tiene que lidiar con su día a día de afrontarse con la vida.
Juana Banana cuenta la historia de Juana, una joven de 28 años que va de casting en casting intentando encontrar un proyecto audiovisual que realmente le llame la atención. La vida de Juana es bastante simple: vive con su pareja, trabaja como actriz de lo que encuentra y tiene sus amistades. Pero, la noche en la que su novio le pide que se tomen un «aire», su vida da un giro de 180º. Sumado a eso, en su día a día sufre de las pequeñas frustaciones que conllevan la juventud y el camino a la adultez.
Matías Szulanski supo representar a la perfección los obstáculos que supone la tremprana adultez. La historia se narra a través de su protagonista, Juana, con el que es imposible no sentirse identificado y no empatizar con ella. La presentación de una figura tan carismática, permite que la audiencia logre atraparse con la vida de Juana. Szulanski, además, está permanentemente encerrando a sus personajes en planos cortos o primeros planos para dar esa sensación de cercanía con el personaje principal y una idea de intimidad.
Juana Banana toma la excelente decisión de no recurrir a elementos mágicos o de la ciencia ficción para contar una historia por demás de mundana. Porque, eso es lo que es, una historia común y corriente cuyo hilo conductor es su personaje principal y sus decisiones. Esto también permite que el espectador se identifique y atrape, y el dinamismo que posee este largometraje ayuda a la continuidad del relato. La historia es tan cotidiana que hasta se torna inusual.
Este uso de las historias comunes es común en filmografías como la de Woody Allen. Donde también se mezcla el drama personal con la comedia. Juana Banana logra esto a la perfección, demás de ofrecer un desarrollo de su personaje principal en búsqueda de un descubrimiento personal. La aparición de la voz de Federico Moura (Virus) embellece el clímax donde Juana logra librarse de sus preocupaciones.
La película de Szulanski cierra perfectamente. Un personaje que tiene su peso propio y preocupaciones, y que logra salir adelante. Porque, al fin y al cabo, la vida se trata de eso. Frustaciones, temores, desilusiones y logros. Todo eso se muestra en Juana Banana, un muy logrado y completo largometraje que promete ser la revelación del Festival de Cine de Mar del Plata.