El judaísmo no es proselitista. No busca adeptos. Es un arduo camino ser judío sin serlo originalmente. Es un desafío, una prueba de resistencia muchas veces. ¿Abrazar al judaísmo? ¿Quién querría intentar semejante experiencia y por qué? Un rabino local agregaría con ironía: “¿Acaso no tiene usted suficientes problemas?”. A pesar de tenerlos, sin embargo, hay quienes deciden convertirse al judaísmo. ¿Será entonces un judío ciento por ciento? En Argentina esto dependerá especialmente de a cuál de las corrientes religiosas del judaísmo se haya convertido. “¡Qué difícil es ser judío!” afirmaba con sarcasmo el escritor Sholem Aleijem. Judíos por elección es el relato de un grupo de buscadores empeñados en vivir tal “dificultad” y tratar de trascenderla.