Judy

Crítica de Francisco Nieto - CineFreaks

En algún lugar sobre el arco iris.

Cuatro años más tarde de estrenar Falsa identidad (True Story, inédita en cines de la Argentina), película que no terminó de convencer ni al público ni a la crítica, Rupert Goold nos trae a nuestras pantallas un biopic de una de las estrellas con más renombre del panorama hollywoodense de la primera mitad del siglo XX: Judy Garland (cuya figura dio vida a Dorothy en la fabulosa El Mago de Oz), encarnada en esta película por la portentosa Renée Zellweger.

En primer lugar, decir que la actriz estadounidense no se embarcaba en una buena producción y realizaba una notoria actuación desde hace más de una década, cuando protagonizó a Ruby Thewes en Regreso a Cold Mountain, cuyo papel le dio el Oscar a mejor actriz de reparto en los premios de la Academia norteamericana. Y es que desde 2003 hasta la fecha, ha estado interpretando personajes vacuos y regulares en cintas con sendas características.

Podríamos estar hablando perfectamente de una cinta agridulce, olvidable, fría, mermada… pero Renée Zellweger la hace grande, siendo la actriz estadounidense la figura que magnifica y levanta esta obra suya, de nadie más. Bueno, sí, la joven y dulce Darci Shaw también tiene gran parte de culpa de que esta producción no se quede en la mera hojarasca, pues no querría olvidarme de la pequeña Dorothy de esta película, resultando ser una de las gratas sorpresas dentro de la envoltura de la obra.

Nada más empezar el largometraje, nos adentramos en la infancia de Judy Garland, concretamente en el momento en el que la pequeña futura estrella se encuentra hablando con el que fuese el máximo productor de El Mago de Oz, siendo este arranque una óptima elección, ya que desde el primer minuto mete de lleno al espectador en la historia de esta leyenda.

En Judy nos encontramos con alternancias temporales bien complementadas, no obstante, se echa en falta el haber podido conocer más el drama y la situación vivida cuando era joven, ya que gran parte de la cinta se centra en la figura de Judy en su etapa adulta, pudiendo haber dado más protagonismo a la pequeña Garland, pues el público se quedará con ganas de saber más sobre sus problemas e inquietudes.

Por momentos lúcida, por momentos tormentosa, esta cinta podría resultar un arco iris en sí misma. No estamos ante un biopic al uso, de usar y tirar, pero tampoco estamos ante una maravilla. Sin embargo, únicamente merece la pena ver este film por el espíritu, el corazón y la fuerza que la protagonista logra evocar al respetable y, sobre todo, merece la pena el haberse quedado sentado en la butaca por la conclusión. Si no eres muy fan de Judy Garland, algo dentro de ti se removerá y puede que alguna pequeña lágrima se te caiga. Si eres un verdadero fan de póster, llévate unos pañuelos, ya que si no lo haces, puede que la sala se convierta por arte de magia en una piscina cubierta. No, Judy, nunca olvidaremos tu legado.

En definitiva, para el que escribe estas líneas, Judy no sería Judy sin Renée. Tras el visionado y analizándolo a fondo, no hay dudas de que estamos ante la futura ganadora de la estatuilla a mejor actriz protagonista en la venidera gala de los Oscar. A veces da con la tecla y otras veces no tanto, aun así, estamos ante una interesante, conmovedora y emotiva historia.