Judy: Detrás del arcoiris.
Nominada al Oscar como Mejor Actriz, Renée Zellweger protagoniza la biopic de Judy Garland, dirigida por Rupert Goold, haciendo que la película brille gracias a su magnetismo en escena.
Basado en la obra teatral “End of the Rainbow” de Peter Quilter, y con la genial Renée Zellweger como la reconocida cantante y actriz, se presenta la historia de Garland 30 años después de El mago de Oz (1939) su catapulta a la fama mundial. Sin casa, con deudas en hoteles, 2 hijos a la deriva, un ex-marido que quiere quedarse con los niños y sin ofertas de trabajo. Así, se va a Inglaterra donde tiene oportunidades laborales prometedoras, pero el ocaso de la estrella se vislumbra en cualquier lugar del mundo. A partir el uso de flashbacks, se crea el contexto propicio para entender las luces y sombras de Garland.
Es el año 1968 y Judy Garland viaja a Londres para dar unos conciertos, entre medio de sus miedos y dudas cosechadas durante toda su vida. Las entradas se agotan rápidamente, pero su voz y vitalidad también lo están haciendo, lo que intenta paliar con drogas legales en gran cantidad (lo que la llevaría a su muerte al siguiente año). Los abusos físicos y psicológicos sufridos desde su niñez, cuando su madre la entrega al cine industrial para que la Metro-Goldwyn-Mayer la contrate sin hacerle siquiera una prueba de cámara y la explote durante años haciéndola trabajar interminables jornadas, sin dejarle comer, dándole pastillas para mantenerla activa, o vivir una vida de adolescente normal. Siempre fue manipulada por el Star System, que la colocó en un temprano estrellato a fuerza de abusos y ridículas reglas estrictas, aunque todo eso la “ayudó” a posicionarse como el ícono que fue.
Con el movimiento #MeToo en agenda, es importante ver cómo eran tratadas las mujeres en los estudios de cine. El abuso sexual por parte del director Victor Fleming (El Mago de Oz) a ella, que era el símbolo de la alegría y esperanza en Estados Unidos luego de la Gran Depresión. Cualidades que fue perdiendo a lo largo de los años con sus decepciones amorosas y su adicción a las drogas legales, lo que supone una profunda soledad.
Renée se impone con atrevimiento y eso suma muchísimo a la historia, se quiebra, desespera, canta, se emociona, sufre en silencio y se ilusiona, siempre esperando ser rescatada por alguna de sus tantas elecciones amorosas. Aunque respaldada por maquillaje, lentes de contacto, efectos y pelucas, lo llamativo del personaje es a base del esfuerzo interpretativo, gracias al cual está nominada al Oscar como Mejor Actriz Protagónica. Todo esto está fielmente registrado en la escena del show donde canta “Over The Rainbow”, el quiebre final, desesperado y la pareja de fans la salvan. Dan (Daniel Cerqueira) y Stan (Andy Nyman) conforman una pareja gay, ambos fanáticos de Garland y perseguidos, debido a su preferencia sexual, por el estado británico, a los que la mega estrella los nombró sus amigos defendiéndolos. Este pasaje es importante ya que se muestra en la película la homofobia reinante en ese momento.
Judy (2019) es una biopic cargado de drama porque la vida de la estrella mencionada no fue cómoda ni tranquila, aunque quizás hubiese sido mucho más acertado mostrar ese camino a la fama en el que le arruinaron la vida, siendo devorada por la propia industria, y cómo llegó a ser la que se ve en la película. Todo eso podría haber sido más llamativo para exponer, debido a los aterradores acontecimientos, mucho más que la repetición de excesos de su adultez. A la protagonista le pasan cosas horribles durante la película, pero son más terribles las que se dan a entender o se muestran en apenas un flashback, y ella se autodestruye hasta la muerte.
No llega a ser una película que se recordará en un tiempo, aunque sí es entretenida y, basada en tanta investigación, interesante porque se logra conocer parte de la historia del ícono de los escenarios de hace más de medio siglo atrás. No es excelente, pero la fuerza de la composición del personaje por parte de Zellweger es suficiente para disfrutarla.