Las excusas no se filman.
Esta es una película de factura reciente que pasó casi por completo desapercibida, aunque detrás del proyecto se encuentre ni más ni menos que Russell “Gladiador” Crowe. Analizando el caso, ¿vamos a valorar el mérito del neozelandés de haber escrito, dirigido y protagonizado este filme? Veamos…
La famosa frase “quien mucho abarca, poco aprieta” acá se cumple completamente. Crowe es un actor de enorme talla que se le puede perdonar cualquier cosa, pero este no parece ser su año.
No sólo lo vimos en la nefasta Thor: Amor y trueno, en la que tuvo una aparición para el olvido, sino también en este filme que, dicho sea de paso, es una historia que hizo con colegas amigos para salvar el trabajo grupal de un proyecto ajeno malogrado. Una buena acción de su parte que desde luego no asegura de ningún modo la calidad artística de un producto por demás indeciso en sus intenciones.
Ahora, y esto hay que decirlo, la trama es lo más flojo porque si bien tenemos a un ludópata que promete a otros amigos ganar cantidades inimaginables de dinero a cambio de revelar oscuros secretos, la película toma rumbos diferentes donde parece confirmarse que todo se hizo sobre la marcha, sin un guion terminado. Seguramente se buscó salvarlo en la edición, pero la post producción no siempre obra milagros.
¿El resultado? Un filme que más allá de la excelente camaradería instalada en el rodaje no peca de volverse confusa a la hora de verla, donde la historia se va disparando para diferentes direcciones que, en definitiva, no conducen a nada.
Una pena porque el tráiler prometía, incluso con algunos planos muy bien compuestos, pero a la hora de ver el filme el juego cambia por completo.
En tiempos donde cuesta acudir al cine con la multiplicidad de opciones que despliegan las plataformas de streaming, Juego perfecto está lejos de ser una tentación para el espectador promedio. Dura una hora y media que se vuelve eterna y no lo salva ni siquiera un elenco integrado por caras conocidas como Liam Hemsworth, la española Elsa Pataky y el multifacético RZA que por lo visto estaba en deuda con Russell luego de que éste colaborara con su debut como director en El hombre con los puños de hierro (2012).