La apuesta fatal de Russell Crowe
El actor de “Gladiador” dirige este film en el que interpreta a un magnate de los casinos online que busca saldar cuentas antes de morir.
Juego perfecto (Poker Face, 2022) toma el género de apuestas para hablar de otra cosa, la redención de un millonario luego de ser diagnosticado con una enfermedad terminal. Para eso Jack Foley (Crowe) convoca a sus coequipers de juego (Liam Hemsworth interpreta a uno de ellos) para una última partida de cartas en donde los secretos salen a la luz. Paralelamente a eso unos ladrones ingresan en su propiedad y su mujer e hija adolescente quedan en peligro.
El actor australiano, que ya había dirigido El maestro del agua (The Water Diviner, 2014), hace una segunda película en la que nunca encuentra el rumbo. Empieza apegada al género de apuestas con el glamour característico: autos de colección, lujosas mansiones, ostentación de poder, son de la partida. Pero el film da un vuelco hacia otro lugar, y el drama existencial se presenta en el personaje de Foley. Y a Russell no le da la expresión para transmitir los matices que la trama necesita.
Esta densidad argumental le quita dinamismo y frescura a una trama que no encuentra su destino en ningún momento. Los hechos se suceden sin gracia ni razón de ser, mientras que todo se anuncia como una excusa para justificar la anhelada redención del protagonista. Ese juego que viene a reordenar la vida de sus seres queridos funciona solo de metáfora porque prácticamente no hay ninguna partida de cartas disputada. Como si una película de boxeo pudiese prescindir de la escena del ring.
La película filmada en plena pandemia estuvo a punto de no realizarse. En palabras del propio Crowe “Estaba en un lugar particular porque mi padre había fallecido unos días antes de que surgiera esta pregunta: ¿intervendrás en un largometraje con cinco semanas de preparación antes de tu primer día de rodaje? El guión se ha convertido en un auténtico desastre, la película no tiene reparto, los decorados están sin terminar, estamos en una situación imposible... pero hay 280 personas que se quedarán sin trabajo, en una pandemia, si no dices que sí”. Una declaración que explica a la perfección el resultado final que vemos en pantalla.