Juego perfecto

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

El multimillonario jugador de póquer Jake Foley (Russell Crowe) les brinda a sus mejores amigos la oportunidad de ganar más dinero del que jamás hayan soñado, en una noche que nunca olvidarán. Pero para jugar, tendrán que revelar algunos de sus secretos más oscuros, y a medida que avance la noche, descubrirán el motivo real por el que participan.

Tal la síntesis argumental del filme, que no es errónea, pero tampoco exacta.

Con forma de prólogo nos presentan a nuestros protagonistas como mejores amigos pre adolescentes, escena que se podría situar a fines de los años ´70. Son cinco jovencitos en la Australia rural, obsesionados por el juego del pocker. Después de nadar en una cantera idílica, un matón local los desafía a un juego. Algo muy similar a lo que sucedía en el filme “Cuenta Conmigo” (1986).

Salto temporal mediante, nos encontramos con Jake, transitando el final de sus cincuenta años