Goles son amores
"Jugando por amor" es una comedia romántica, clásica, centrada en el personaje de George Dryer (Gerard Butler), un ex jugador de fútbol escocés a quien luego de conocer el éxito en la liga europea, pasados los treinta, una lesión lo deja fuera de la cancha. Perdido y tratando de comenzar de nuevo, decide mudarse cerca de su ex esposa y su hijo, para reconstruir la relación con él. Las cosas no resultan fáciles, su hijo ya tiene diez años, y George no tiene experiencia como padre, así que como primer paso para intentar acercarse al pequeño, se convierte en el entrenador del equipo de fútbol infantil. Con esto, no solo logra acercarse más a su hijo, sino también convertirse en el objeto de deseo de las madres de los pequeños jugadores; señoras con dinero, y bastante aburridas con sus roles de esposa y madre. Mientras trata de ver qué puede hacer con su vida, cómo ganar dinero sin patear una pelota, cómo ser un buen padre y averiguar qué le pasa con su ex, tiene que lidiar con el acoso de las madres, y con el padre manipulador y canchero de uno de los niños, que está fascinado con la llegada de la celebridad deportiva.
La historia alcanza un equilibrio bastante justo entre humor y momentos emotivos, con un protagonista que atraviesa una serie de situaciones graciosas, pero que por primera vez en su vida esta tratando de ser responsable, y de enmendar errores cometidos. Si bien Gerard Butler tiene la gracia y el carisma suficiente para que la película gire en torno a él, da la sensación que actrices tan buenas como Catherine Zeta Jones o Uma Thurman parecen estar de adorno, y solo caen rendidas a sus pies, sin tener nada muy interesante para decir o hacer.
La fotografía y la música son correctas, sin destacarse demasiado, y si bien la película cuenta con la dirección de Gabriele Muccino, no está a la altura de otras de sus obras como "Siete Almas" o "En Busca de la Felicidad", ya que no logra profundidad en su relato, y acaba construyendo no más que una comedia liviana.