La viuda sin rumbo
¿Cómo conviven la maternidad con la viudez?, ¿cómo se separa un sentimiento de pérdida con otro de enojo?, esos disparadores temáticos movilizaron seguramente a la realizadora Inés María Barrionuevo para construir el universo de su opus Julia y el zorro.
Una madre y su pequeña hija llegan a una casa que pertenecía al padre y pareja de ella para venderla tras un accidente que no sólo fue trágico para la protagonista sino que dejó secuelas físicas más allá de las heridas del corazón. En ese umbral de emociones y contradicciones, la convivencia de Julia con su pequeña hija no es demasiado buena y por momentos se vuelve conflictiva.
Inés María Barrionuevo transita con solvencia este drama intimista y apuesta a los climas y las atmósferas, que van de la soledad a la paulatina entrega a los brazos de la ira y el dolor cuando no se sabe hacia dónde despegar a pesar de un entorno que estimula o el regreso de viejos amigos y recuerdos de otras épocas.
Umbra Colombo construye un personaje intenso y rico en aristas emocionales, capaz de generarnos empatía por sus dolores y su angustia, aunque a veces existan actitudes que generan todo lo contrario y el equilibrio emocional penda de un hilo.