Es un film que juega mucho con las emociones, los recuerdos, los reclamos y los conflictos, está presente el convivir con el dolor, con ese interior de una madre y una hija preadolescente y lo difícil de superar la perdida.
Su atmósfera resulta oscura y se van creando cierto matices por la buena interpretación de Umbra Colombo, para su desarrollo se eligieron buenas locaciones y una exquisita estética, con toques de fábula, pero contiene situaciones y personajes poco creíbles, en ciertas escenas a varios de los actores no se les entiende sus parlamentos, aunque tiene una buena dirección pero su trama resulta algo densa y lo que termina fallando es el guión.