En esta época de tantos remakes y reboots es difícil poder realizar una película que esté a la altura. Ni siquiera que supere a la versión original (porque eso raramente sucede), sino directamente brindarnos un film que cumpla con los estándares de calidad.
En 2017 nos sorprendió «Jumanji: En la selva», una cinta de la que pocos esperaban algo pero que finalmente cautivó a su público por traernos una historia fresca, adaptada a los tiempos modernos y con mucho humor. No quiso copiar al clásico de 1995 sino hacer algo original convirtiendo al juego de mesa en un videojuego.
Dos años después llegó su continuación con una historia parecida pero que a pesar de no innovar tanto sale airosa por darle una vuelta de tuerca, tener un guión plagado de gags efectivos y una dinámica de grupo que traspasa la pantalla.
El grupo de adolescentes regresa a la aventura cuando Spencer entra al juego nuevamente. Sin embargo, el mismo presenta una falla técnica y no solo los va a atrapar a ellos, sino también al abuelo del protagonista y a un amigo que estaba de visita. Es así como una vez más deberán superar los distintos obstáculos para ganar y salir vivos de Jumanji.
Sin dudas uno de los puntos más fuertes del film es el humor. Es el tono por el que navega la película en todo momento (en algunas partes la historia se vuelve un poco más sentimental y emotiva), haciendo que el espectador pase dos horas a pura diversión y entretenimiento. Existen algunos instantes, la mayoría de ellos protagonizados por Jack Black y Kevin Hart, en los que el público estallará de la risa, parte por el ingenioso guión que saca provecho del contexto en el que se sitúan los personajes o su cualidad física y parte por la interpretación de su elenco.
A pesar de tener aceitadas las distintas personalidades de los jugadores, esta vez tienen la oportunidad de representar a otros personajes. Teniendo en cuenta que Dwayne Johnson, Kevin Hart, Jack Black y Karen Gillan son los avatares del juego, sus actuaciones van variando según a quien encarnan. Se les da rienda suelta a su creatividad y pueden encontrar muchos más matices en sus interpretaciones. Por ejemplo, en un primer momento Johnson se pone en la piel de Danny Devito y Hart en la de Danny Glover, creando situaciones hilarantes que les permite lucirse. En este sentido también debemos destacar la incorporación de nuevos personajes, como los abuelos, que traen consigo una cuestión generacional que no va de la mano con la tecnología y los videojuegos, aportando más comicidad a la historia o Awkwafina como uno de los nuevos avatares, una actriz con mucho potencial y versatilidad.
Los aspectos técnicos están bien logrados, con un buen manejo de los efectos especiales para darles las habilidades a los personajes, con una buena fotografía y banda sonora que genera los distintos climas del film.
Si bien la estructura del film no es innovadora, «Jumanji: El siguiente nivel» encontró la forma de otorgarnos una historia que mantiene la esencia de la anterior pero que juega con algunas reglas de su universo para brindarnos mucho más humor de la mano de estos personajes entrañables y que permite que su elenco pueda lucirse con distintas intepretaciones. Además, deja la puerta abierta para una continuación que promete algo más novedoso y cercano al clásico del 95.