La nueva entrega de Jumanji está por debajo de su predecesora por cuestiones estrictamente del desarrollo de guion. Aún así la experiencia es gratificante por la aventura y los niveles de comedia que genera.
Luego de su relanzamiento en 2017 con Jumanji: En La Selva, la franquicia de uno de los juegos de mesa más populares del mundo pareciera no tener fin en lo que adaptaciones cinematográficas se refiere y es por eso que este año, y cumpliendo 25 años de la película original, se estrena en Argentina la tercera parte de esta historia que supo mutar, para mejor y adaptarse a los tiempos que corren.
Bajo el nombre de Jumanji: El Siguiente Nivel (Jumanji: The Next Level, 2019), los chicos que supimos conocer en la entrega anterior ya han seguido sus propios caminos lejos de casa y lejana en el tiempo quedó la aventura que supieron vivir previamente. Pero para pasar las fiestas de fin de año Spencer (Alex Wolff), Refri (Ser’Darius Blain), Martha (Morgan Turner) y Bethany (Madison Iseman) quedaran para verse y encontrarse y es por eso que todos deberán volver a sus hogares. Pero en plena reunión entre ellos el que extrañamente dirá ausente será Spencer y es por eso que sus amigos irán a su búsqueda y descubrirán que él decidió de forma intempestiva regresar a la jungla de Jumanji. De esta manera ellos deberán tomar la decisión de ir a rescatarlo pero debido a un mal funcionamiento de la consola se encontrarán con dos participaciones inesperadas dentro del juego ya que Eddie (Danny DeVito), abuelo de Spencer, y Milo (Danny Glover), viejo conocido de Eddie, serán abducidos por Jumanji. Así el Dr. Bravestone (The Rock), El Profesor Shelly (Jack Black), Mouse (Kevin Hart) y Ruby Roundhouse (Karen Gillan) volverán a cobrar vida pero de una manera más que particular.
Ya desde su concepción la simple idea de estirar el concepto de Jumanji suena más a aprovechar las recaudaciones monetarias que a ideas que puedan servir para ampliar su universo de una forma en donde los intereses estén posados en desarrollar buenas historias. No sólo suena a eso sino que efectivamente la concreción de este filme así lo demuestra. Sin embargo y sin dejar de perder de vista ese aspecto, el grupo de guionistas compuestos por Scott Rosenberg, Jake Kasdan y Jeff Pinker logran confeccionar una película que derrocha aventura y entretenimiento durante toda la duración del metraje y por más preconceptos que uno pueda llegar a tener del filme el espectador termina sucumbiendo de manera inherente a lo que la película ofrece. Una de las grandes razones por las que la película logra salir bien parada de su propuesta es la honestidad con la cual los guionistas se manejaron a la hora de escribir la historia ya que la película es consciente todo el tiempo sobre lo que puede brindar, los límites que puede o no romper y cómo jugar con cuestiones narrativas para la atención del espectador no se enfoque en los errores y siga disfrutando de los buenos aspectos que tiene la película, que no son muchos, pero sí son buenos. Así mismo también se notan momentos que ya no tienen la frescura o la impronta que supieron tener en la película anterior y si un exceso de escenas que sirven de relleno absoluto de las que hasta el más despistado de los espectadores puede denotar. Junto a ellas hay múltiples decisiones de guion que son, cuanto menos, cuestionables y un desarrollo de personajes que no es parejo con todos. Otra de las cuestiones negativas es que en ningún momento el espectador puede imaginarse que algo malo pudiera suceder a los protagonistas y no hay sorpresa en ningún momento.
Las actuaciones de parte de todo el elenco son las correctas y suelen ser bastante similares a las que los actores supieron otorgar en la película previa. Sin embargo hay casos en particular que merecen ser destacados porque sus rendimientos son superiores a la de los demás; Principalmente la performance de Jack Black vuelve a dar que hablar ya que él a lo largo de toda la película interpreta a tres personajes diferentes y en cada uno de esos segmentos él se esmera para hacer que cada interpretación sea diferente a la anterior y lo logra de una manera convincente y casi que de forma natural. Luego está la incorporación de la actriz y rapera Awkwafina que, al igual que Black, tiene el trabajo de tener que interpretar a más de un personaje y lo logra de gran manera magistral, apoyada en su simpatía, versatilidad y carisma inmediata. Por último pero no menos importante, la participación de Danny DeVito resulta muy gratificante de ver pese a sus escasos minutos en pantalla pero su relación con la comedia es realmente muy natural y en cada una de sus escenas logra robarse todas las miradas.
Jumanji: El Siguiente Nivel está lejos de ser lo buena que fue su predecesora, sobre todo teniendo en cuenta un bajo nivel de creatividad en el guion. Sin embargo la aventura y la comedia son tan efectivas que la película es entretenimiento garantizado desde que uno se sienta hasta que se va del cine, eso sí, si luego uno se olvida de la trama sería lo mas normal del mundo puesto que la originalidad aquí brilla por su ausencia.