Con la naturaleza no se jode. Es un claro ejemplo que durante el último tiempo parece recordarnos el cine. Into The Wild, 127 Hours, Wild, The Revenant, todas tienen un hilo en común y es la fragilidad de la humanidad ante el enorme desafío que presenta la naturaleza en su estado más indómito. El australiano Greg McLean (la durísima Wolf Creek y la escabrosamente entretenida Rogue) toma como posta la segunda parte de la carrera del ex-Harry Potter Daniel Radcliffe y se adentra en la selva amazónica boliviana, no sin tropezar un par de veces con las raíces de su propia historia, pero encontrando el espíritu humano de supervivencia que tanto necesitan propuestas como la presente.