Justo el Día de la Visibilidad Lésbica en la Argentina se estrena el documental que las emblemáticas Ramona Cachita Arévalo y Norma Castillo inspiraron en otra pareja de mujeres, la rosarina Nadina Marquisio y la bogotana Laura Martínez Duque. Juntas es el título elocuente de este entrañable tributo a las protagonistas de una historia de amor y militancia que a principios de esta década contribuyó a inclinar la balanza a favor de la aprobación del matrimonio igualitario en nuestro país.
A contramano de los homenajes cinematográficos clásicos, Marquisio y Martínez Duque eligen para sus retratadas un marco muy preciso: la visita al pueblo colombiano donde Norma y Cachita residieron durante años. El viaje a ese lugar supone una aventura a través del tiempo con implicancias afectivas y reflexivas que rara vez aparecen en las reconstrucciones ortodoxas.
En otras palabras, Juntas es un ejercicio poético antes que historiográfico. La cámara convierte las extensiones de playa caribeña, la vegetación rayana con la selva amazónica, los ríos típicamente caudalosos en representación de la memoria, del amor, de la determinación que caracterizan, no sólo a las protagonistas, sino la faceta más noble de la condición humana.
Además de esta arista universal, el film presenta una dimensión latinoamericana que se manifiesta en el viaje recreado, en la doble nacionalidad argentino-colombiana de este proyecto, en la curiosa combinación de orígenes entre retratadas y retratristas: de Montevideo era Cachita (que murió el año pasado); de Goya, provincia de Corrientes, es Norma; de Rosario, provincia de Santa Fe, es Nadina y de Bogotá, Colombia, es Laura.
Los cabellos al viento de Norma y Cachita evocan el recuerdo de aquella canción que Rafael Alberti ambientó en la tarde del (río) Aniene. “Yo no me iré, pues junto a ti me siento más vida de tu sangre, más luz del corazón que me sostiene” escribió el poeta español, y repetimos los espectadores sensibles a las imágenes luminosas de Juntas.