El guionista y sus vínculos
Una comedia romántica sobre seres que atraviesan problemas de relación es el motor del film de Pablo Solarz, escritor de la recordada Historias mínimas, ¿Quién dice que es fácil? y Un novio para mi mujer.
Javier Gross (Peto Menahem) es un guionista rodeado de mujeres: su esposa Lucía (Malena Solda) lo define como un ser "desconectado" y lo abandona luego de confesarle que lo engañó con un vecino. Su madre (Mirtha Bunselli) está medicada y le reclama atención: y Laura (Florencia Peña) es su nueva conquista amorosa. La única que lo escucha es su terapeuta (Marta Lubos).
Gross desarrolla una historia de ficción que el espectador sigue de manera fragmentada hasta el desenlace de la película: un padre (Luis Luque) lleno de odio y al borde de la locura que traslada a su familia hacia ¿Mar del Plata?.
Con este esquema Juntos para siempre juega a la mezcla de realidad y ficción con criaturas que hacen lo que pueden para enmendar sus relaciones contrariadas. El film interesa más en su comienzo de comedia romántica con enredos que en su desarrollo, alimentado por tonalidades más oscuras y atravesado por flashbacks.
Peto Menahem construye un buen personaje, como un alter ego del cineasta y del mismo Woody Allen, que confunde el nombre de su ex con la actual y vive en su propio mundo. Malena Solda acompaña con corrección, pero el resto se percibe estereotipado y caricaturesco. Dos historias en una película que puede gustar o desconcertar.