Dos viudos que se enamoran
"And so it goes" o "Juntos... pero no tanto" es otra de esas comedias de fórmula sin nada nuevo que aportar más que la interacción de dos grandes actores. Michael Douglas ("The Game") y Diane Keaton ("Annie Hall") son dos septuagenarios muy talentosos, que nos han regalado algunos personajes increíbles como Gordon Gekko, Nicholas Van Orten, Annie Hall y Kay Adams, pero en los últimos años se ve que anda escaseando un poco el laburo porque han aceptado trabajos muy mediocres, como por ejemplo, esta comedia.
La historia del film nos presenta a Oren Little (Douglas), un despreciable hombre dedicado a las bienes raíces que circunstancialmente se muda a uno de los edificios que administra hasta poder vender su antigua casa valuada en una cifra millonaria. En este edificio, se ve forzado a convivir con distintas personas que van desde una joven pareja a la espera de su hijo, otra familia con niños ruidosos e inquietos y hasta una cantante viuda de personalidad un tanto bohemia (Keaton). Por supuesto que esto le genera tedio ya que es un hombre solitario y gruñón que desea vivir como un ermitaño, sin que nadie lo "moleste" o genere algún sentido de responsabilidad. Para sumar a su molestia, reaparece un hijo suyo rehabilitado de las drogas que debe pasar un tiempo en prisión y le encaja a su pequeña hija para que la cuide mientras cumpla con su condena. ¿Ya pueden adivinar el resto no? Un típica historia de superación personal sacada de manual viejo de comedia romántica, en la que nuestro protagonista malhumorado descubre que puede amar la vida nuevamente y enamorarse de una buena mujer a la espera del hombre que la haga sanar también. El final, ya lo sabemos todos.
En general presenta gags desgastados, sin mucha gracia, con la excepción de algunos pocos verdaderamente divertidos. La profundidad de la trama es también bastante liviana y sin mucha trascendencia. La única parte que parece un tanto más profunda es la complicada relación que mantiene con su hijo, que queda relegada un segundísimo plano para dar lugar a su transformación hacia el amor y el positivismo.
Una nueva película romántica light, con poco para ofrecer y bastante olor a naftalina. Sólo para los incondicionales de estas dos figuras de la gran pantalla.