Llega a nuestros cines la tercera entrega de la nueva trilogía jurásica, Jurassic World: Dominio, con el gran aliciente de que esta vez contaremos con la presencia de la Sagrada Trinidad de Jurassic Park ¿Será esto suficiente para salvar la franquicia? Sigan leyendo.
Luego de que Maisie soltara a todos los dinosaurios en la anterior entrega, estos de a poco fueron introduciéndose en convivencia con animales actuales y el ser humano. Pero cuando una plaga de langostas prehistóricas empieza a salirse de control, nuestros viejos conocidos Ian Malcolm, Alan Grant y Ellie Sattler se pondrán a investigar, mientras Claire y Owen buscarán poner a salvo a Maisie y a Beta, la cría de Blue.
Si, la sinopsis parece un menjunje de muchas cosas, y por desgracia, si deciden ver la película, es lo que se van a encontrar. Porque la sensación final que nos queda es que a Colin Trevorrow (guionista y director de esta entrega), lo obligaron a meter varias historias dentro de una misma cinta. Y esto no lo decimos solo porque las tramas de nuestra dupla protagonista actual, y el trio de “viejitos locos” tardan en juntarse, sino que pareciera que tenemos dos películas en una.
La primera de ellas nos recuerda mucho a películas como, por ejemplo, Misión Imposible, con nuestros protagonistas corriendo por los techos de una ciudad exótica, pero ahora en lugar de ser perseguidos por sicarios, tienen que huir de dinosaurios (si, leyeron bien). Y la otra una más clásica, centrando toda la acción en una zona boscosa, mucho más acorde a lo que uno podría suponer de algo que tiene el Jurassic en el título.
Y ni siquiera podríamos decir que la nostalgia termina por salvar esta ensalada. Si, detectamos chistes y referencias a las Park, pero están tan mal puestas, que no terminan ni causando gracia, ni emocionando al grado que Jurasic World: Dominio se sostenga por eso. Una lástima.
Pero no todo es malo. Los efectos especiales son impresionantes, y por suerte pudimos ver la película en IMAX, quizás el formato más aconsejable para poder disfrutar del poderío visual que nos presenta la cinta de Trevorrow. Y acompañando estos efectos, algunas secuencias están muy bien logradas, en especial aquellas donde los dinosaurios luchan entre sí.
En conclusión, Jurassic World: Dominio, sigue por desgracia el camino plantado en JW: El reino caído; es decir, un tanque hollywoodense que muestra todo el presupuesto que tiene en su apartado visual, pero que a nivel trama hace agua por todos lados. Y para colmo en ningún momento dan a entender de que esta será la última entrega.