La saga inaugurada a comienzos de los años ’90 merecía un épico final. Así como la gran pantalla recibe la tercera entrega de la trilogía “Jurassic World”, protagonizada por un elenco super estelar (Jeff Goldblum, Bryce Dallas Howard, Laura Dern, Sam Neill y Chris Pratt, entre otros), continuando la pasada entrega estrenada en 2018. Con dirección de Colin Trevorrow, la grandilocuente conclusión oscila en el terror, la fantasía y la acción, agregando un capítulo más a la serie concebida bajo la propiedad blockbuster modernizada. Sin embargo, observamos que nada sustancioso queda por decir. Personajes por clonación, desmadre y destrozos por simulación se enlazan como eslabones. Una excusa para la continuación redituable en términos de taquilla. Alto presupuesto para rutas creativas que toman decisiones cuestionables; no caben dudas que la tecnología ha avanzado favorablemente para reciclar viejas ideas. Pero, ¿a qué costo? Historias paralelas nutren la trama principal: un complot puede alterar la vida en nuestro planeta, tal como la conocemos. La narrativa no termina de atar sus cabos, el resultado se llena de altibajos. Indigna despedida para una de las franquicias más queridas del cine actual.