Aunque Jurassic World 2 consigue brindar en general un espectáculo decente, especialmente si se disfruta en su versión IMAX, donde se potencian los aspectos visuales, el director español Juan Antonio Bayona (El orfanato) ofrece una de las entregas más débiles de esta franquicia
En principio, lo más decepcionante es que la historia no avanzó demasiado desde la última entrega y no hicieron otra cosa que estirar el conflicto hasta la próxima continuación donde se explotaría el choque de los dinosaurios contra la civilización.
Algo que ya había hecho Steven Spielberg en la secuela de 1997, El mundo perdido, con la diferencia que esta vez se desarrollaría en una escala mayor.
En otras palabras, esta producción funciona como un teaser de dos horas para futuras películas.
La primera entrega de Jurassic World realizada por Colin Trevorrow se centró bastante en el factor nostálgico por la obra original de Spielberg y el tributo al cine de aventuras de Hollywood.
Por el contrario, el trabajo de Bayona se encaminó dentro del subgénero de monstruos gigantes, estilo King Kong, con algunas referencias al cine de terror, hasta que la trama se estanca en las situaciones bizarras.
La película del cineasta español tiene un primer acto sólido, donde se plantean algunos debates morales y científicos interesantes y en la segunda mitad el tono de la narración cambia por completo. Una cuestión que despierta la siguiente incógnita.
¿Jurassic World 2 es realmente una película de Juan Antonio Bayona?
En lo personal creo que no. El film deja la sensación que el cineasta español probablemente tenía una idea de lo que deseaba hacer con esta continuación y después el estudio le ató la manos para presentar un producto más ordinario que apueste a lo seguro.
El cambio de tono en la segunda mitad es muy brusco y parecería que otro realizador se hizo cargo de esta producción.
No ayudó tampoco el hecho que los guionistas vuelven a insistir en la idea de usar a los dinosaurios como armas de destrucción masiva y ahora subastan a los bichos para las mafias del crimen organizado, en una trama delirante que remite más a la saga Sharknado que a Jurassic Park.
Otro aspecto donde no queda muy bien parado este film es en la ausencia de ese espíritu de aventura épica que siempre tuvo la saga. Gran parte de la acción con los dinosaurios es olvidable y se desarrolla dentro de una mansión, que no resulta el escenario más atractivo.
La mayoría de las secuencias tienen lugar durante la noche, ya que de esa manera se esconde mejor el CGI, y carecen de la emoción que tuvieron las entregas previas.
Tal vez porque Jurassic Park acarrea con un desgaste que cada vez cobra más peso.
Las mejores escenas de acción, como la erupción del volcán en la isla Nublar, tienen lugar durante el día en la primera mitad del film, donde la labor de Bayona encuentra sus mejores momentos.
El resto es bastante olvidable porque se enfoca en preparar el terreno para la próxima continuación. Hasta la buena dupla que conforman Chris Pratt con Bryce Dallas Howard acá quedó completamente deslucida y sus personajes ni siquiera tienen un mínimo desarrollo.
Sumale los dinosaurios veganos que prácticamente no matan a nadie, nuevos personajes secundarios intrascendentes, más los villanos de dibujos animados infantiles y lo que queda es un refrito de secuencias de acción que vimos en mejores películas en el pasado.
La buena noticia es que por la manera en que termina la trama, la próxima entrega podría ser más interesante. Una lástima que los productores no hicieran directamente esa película en esta continuación.