INVENTO PELIGROSO
El horror a veces asoma por detrás del entretenimiento. Esta podía ser la moraleja de este film previsible y espectacular. Mal o bien, por debajo de sus valores como cine de acción y aventuras, esta nueva Jurassic acumula un par de ideas y bienvenidos pincelazos de humor. El libro está bien armado y los fuegos artificiales del género –efectos especiales, suspenso, ataques y salvadas sobra la hora- están resueltos con una técnica depurada que puede transformar en algo casi real y posible cualquier antojo visual. La cosa es que el viejo Parque del fantástico film de 1993, ya fue. La gente busca algo más. Los dinosaurios no despiertan la atención de antes. La gente se cansa pronto, nos dicen. No atraen ni entretiene. Como el negocio se viene abajo, la idea es lanzar al mercado nuevos dinosaurios, más peligrosos, para ver si pueden captar un público que frecuenta el riesgo. Y bueno, los científicos ponene manos a la obra y se equivocan. El bicho último modelo es un depredador inatajable. Y al final lo que estaba pensado para asustar acaba sembrando pánico y muerte. Allí empieza la cosa. El resto es la vieja lucha entre el bien y el mal. Es cierto que los dinosaurios se comen varios visitantes, pero al final, entre tanta peripecia, el reencuentro, la paz, el coraje y el amor pondrán las cosas en su lugar.