"Jurassic World": la espera valió la pena
El maestro de los maestros, el gran genio de Steven Spielberg le regaló al mundo la espectacular "Jurassic Park".
Para que se den cuenta de lo influyente que fue esa película, tras el estreno se creó un interés mundial por los dinosaurios y los museos, y en nuestro país, por ejemplo, se multiplicó exponencialmente la cantidad de alumnos que se anotaron en la carrera de Paleontología en la Universidad de La Plata.
A ese film le siguieron "El Mundo Perdido: Jurassic Park" y "Jurassic Park III", que nunca alcanzaron el status de culto ni el nivel de la primera.
Durante los últimos años se vino hablando de una cuarta parte que nunca se terminaba de concretar hasta que en la Comic-Con de San Diego del año 2011 Spielberg -que acá oficia de productor ejecutivo, además de aportar con varias ideas para el filme- anunció que se estaba desarrollando y que seguramente se estrenaría en los próximos 2 o 3 años la tan ansiada secuela. Y es así que hoy estamos frente al estreno de "Jurassic World - Mundo Jurásico", un largometraje que paga con creces todo lo que nos hizo esperar.
Han pasado veintidós años del fracaso del primer parque de atracciones de dinosaurios que soñara el excéntrico y millonario John Hammond (Richard Attenborough).
La Isla Nublar ahora se convirtió en un complejo turístico plagado de dinosaurios (terrestres, voladores y hasta acuáticos) que funciona a pleno. Todo esto fue posible gracias a Simon Masrani (Irrfan Khan), el empresario que continuó con el legado de Hammond. El lugar es regenteado por Claire Dearing (Bryce Dallas Howard), una muy eficiente, práctica y bastante fría jefa de operaciones, que recibe la difícil tarea de lidiar con la visita de sus sobrinos Gray (Ty Simpkins) y Zach (Nick Robinson).
En Jurassic World también se llevan a cabo experimentos, como el de tratar de que un grupo de velociraptores siga comandos de órdenes.
El encargado de esto es Owen Grady (Chris Pratt), un ex-militar y miembro del equipo del parque. Como todo gran espacio de entretenimiento, para mantener el interés del público hay que ofrecerle nuevas, mejores y más grandes atracciones. Y en Jurassic World eso significa la creación de un nuevo dinosaurio híbrido, el Indominus Rex, genéticamente modificado combinando el ADN de varias especies. Es el carnívoro más letal, sangriento, grande e inteligente del complejo y, como no podía ser de otra manera, logra escapar de su prisión.
El director Colin Trevorrow es responsable de varias cosas: no incluir a ningún actor de las anteriores entregas, tomar este largometraje como una secuela directa de la primera sin tener en cuenta la segunda y tercera y, por sobre todas las cosas, rescatar el espíritu de la franquicia. Hizo todo bien.
Este largometraje es dinámico, la acción es la justa y los toques de humor son efectivos y tienen el timing justo.
La película además funciona como un claro homenaje a la primera, y podrán apreciar varios -muchos- guiños y referencias.
El elenco principal también está a la altura de esta propuesta, con una Bryce Dallas Howard impecable. Chris Pratt demuestra con este personaje que está en su mejor momento y tiene todo lo necesario para convertirse en el nuevo Indiana Jones, si así lo deciden. El film deja la puerta abierta para una posible secuela y es muy probable que esto suceda, ya que este largometraje promete convertirse en un éxito de crítica y taquilla.
Los dinosaurios han vuelto y prometen reinar nuevamente sobre la Tierra. Bienvenidos sean.