Guy Ritchie es un director que supo sorprender con muy buenas películas de carácter urbano en las cuales de alguna manera nos contaba las aventuras y desventuras de gánsters de medio pelo que habitaban una Londres gris y poco atractiva, en la cual los bajos fondos tenían un cierto glamour un tanto decadente, el estilo del director logro delinearse con sus cuatro primeras películas, volviéndolas de culto por lo bien logradas que estaban.
Sin duda Juegos, trampas y dos armas humeantes (Lock, Stock and Two Smoking Barrels, 1998) Snatch: cerdos y diamantes (Snatch, 2000), Revolver (2005) y RocknRolla (2008) tienen un estilo definido que fácilmente nos permiten reconocer la mano del director. Si bien luego se dedicó a realizar trabajos por encargo como Sherlock Holmes (2009) y Aladdin (2019) no se puede negar que cintas como El agente de C.I.P.O.L (The Man from U.N.C.L.E, 2015) y The Gentelmen (2019) son buenas producciones un tanto subvaloradas por la crítica, las cuales tienen como principal atributo el trabajo realizado por el director. De hecho de The Gentelmen es una joya que exuda estilo se la mire por donde se la mire, en la cual Ritchie retoma su viejo estilo coral y la temática de mafiosos con glamour.
El tándem formado por Ritchie y Statham vuelve a reunirse para realizar esta “heist movie” (película de atracos) en la cual las cosas van un poco más allá de lo que se nos insinúa al comienzo. Debo reconocer que me gusta el trabajo de este cineasta además soy fan de su estilo, del lenguaje cinematográfico que utiliza en la construcción de sus historias y de su humor característico. Se nota que Guy Ritchie se siente muy cómodo entre esos mafiosos cancheros y a la vez que elegantes, pero esta vez sale de su zona de comfort, esta vez sus personajes no destilan ese glamour del bajo mundo que solemos ver en sus producciones originales, al mismo tiempo que le ha salido más que bien.
Debo decir que el mayor enemigo que tiene esta cinta es su tráiler, sin contar a la distribuidora que la estrena en nuestro país varios meses después de ser estrenada en otros países. El avance desvela más de lo necesario y perjudica la experiencia. Para cualquiera que llegue ajeno a lo que exhibe el tráiler va a poder disfrutar de la experiencia.
La trama nos presenta a H, un hombre del que poco se sabe al principio de la película interpretado por Jason Statham que comienza a trabajar en una empresa de camiones blindados pero que tiene razones ocultas para estar ahí. Es decir, H es alguien que es mucho más de lo que deja ver y que de a poco nos va dejando saber cuáles son sus habilidades y sus verdaderas razones.
Conforme avanza la trama vamos conociendo la verdadera identidad de este hombre y todo lo que envuelve el ingreso a esta empresa. La película de a poco va desvelando un giro argumental que llega a sorprender ya que está muy bien construido a partir de un guion que le va dando al espectador lo justo de forma paulatina y bien trabajada. “Justicia Implacable” es el remake de la película francesa de 2004 “Le convoyeur” de Nicolás Boukhrief pero a pesar de no ser un material original del director logra plasmar mucho de su estilo.
Aunque este largometraje está muy alejado del estilo de Guy Ritchie, aunque el tono elegido recuerda bastante a lo hecho en el pasado en Revolver, película que fue la última producción que unió al director y al actor. El cineasta demuestra en esta cinta, no solo su estilo, sino que también despliega riqueza técnica de la que ya ha hecho gala en otras obras. Ritchie nos entrega una producción sólida, que denota su madurez artística al mismo tiempo lo aleja de sus últimas producciones. Es cierto que sería muy difícil darse cuenta la autoría de la misma ya que no presenta ciertos sellos propios de su identidad, pero aun así de ninguna manera es una obra menor. La fotografía elegida es muy limpia con predominio de los tonos grises y apagados, de alguna manera este recurso técnico contribuye a crear un tono solemne a lo que nos están contando, es decir aportando narrativamente a la historia. Ritchie se aleja del estilo de la técnica por la técnica misma, que les gusta tanto a muchos directores que no saben concretar una buena narrativa, y utiliza las herramientas necesarias para enriquecer a la historia y no para distraer de esta.
Un punto de acierto en la narración de “Justicia Implacable” es su narración no lineal y la separación por capítulos organizados, que al mismo tiempo están presentados por unos títulos que a medida que avanza la trama van adquiriendo sentido.
Más allá de la trama la película presenta un reparto sólido que si bien gira alrededor de Statham nos entrega buenas actuaciones de Josh Hartnett, a quien desde Penny Dreadful (2014) no hemos visto mucho en producciones de primera línea, quien interpreta a un secundario muy bien tratado por el guion que va evolucionando hasta cerrar su propio arco. En el rol de antagonista Scott Eastwood nos trae a un malo que es malo porque simplemente es así, al cual consigue sacarle provecho a la altura de las circunstancias y del protagonista. El elenco es completado por Niamh Algar, Holt McCallany, Jeffrey Donovan y Andy García.
La película es completada por una banda sonora compuesta por Christopher Benstead, quien ya había acompañado a Ritchie en Aladdin y The Gentelmen, la cual es perfecta para el filme ya que acompaña los diferentes climas de la película.
“Justicia implacable” es una ‘heist movie’ con una gran factura técnica y artística en la que Ritchie demuestra que es un gran cineasta que se adapta a todo y que pone siempre en primer plano la narración y la construcción de las buenas historias. Esta cinta está muy alejada de las formulas y tramas a las que nos tiene acostumbrados, pero casi no tienen puntos bajos por lo cual funciona perfectamente.