Acción con Jason Statham dirigida por Guy Ritchie
El director de “Snatch” se despacha con una producción de acción sólida basada en la película francesa de 2004 “Le Convoyeur” dirigida por Nicolas Boukhrief.
El misterioso H (Jason Statham) entra a trabajar como conductor de camiones blindados para una empresa asediada por los atracos. Ante el primer episodio responde con una violencia inusitada que sorprende a jefes y compañeros. ¿De dónde salió este tipo? ¿Qué lo obliga a arriesgarse de sobre manera para cuidar el dinero ajeno? Las respuestas están en la película.
Cuando Guy Ritchie deja la pretensión y los efectos especiales de lado, demuestra ser un director interesante, que conoce el bajo mundo que describe. Los personajes, malditos, pecadores y parcos, adquieren carisma y gracia detrás de su mirada. Sin embargo aquí no hay rasgos de comedia como en sus primeros films, sino rudeza pura desarrollada tanto en los roles como en la estética de la película.
Una fortaleza también trasladada a la puesta en escena, donde brillan los hombres de pocas palabras y frases matadoras, duros como los camiones blindados que manejan, armas pesadas y códigos de conducta puestos al límite. Toda una estética SWAT de principio a fin. El sonido es fundamental en darle el espesor al relato, marca el detalle de las balas saliendo de los cartuchos y también la opacidad de los impactos sobre los chalecos y carrocerías.
Sin embargo, Justicia implacable (Wrath of men, 2020) resulta un atractivo relato gracias a las vueltas de narración fragmentada y en capítulos, no necesariamente ordenados. La razón del orden son los puntos de vista desde el cual se cuenta el mismo hecho: el atraco a un camión blindado que depara en un asesinato a sangre fría involuntario. La trillada historia de venganza personal se revitaliza con este recurso narrativo. La información se dosifica y provoca alguna que otra sorpresa en el argumento.
Ahora la pregunta es ¿estamos frente a un film de Guy Ritchie o una trama de acción corporal protagonizada por Jason Statham? Podemos entrever que Statham se antepone a Ritchie, pero uno le da al otro la potencia que necesita. Podemos concluir que estamos ante la mejor película del actor de El mecánico (The Mechanic, 2011) en mucho tiempo, y la mejor versión de un Ritchie “controlado” en función de contar bien la historia.