“Justicia implacable” de Guy Ritchie. Crítica. Otra de Statham.
La venganza no es buena mata el alma y la envenena decía Don Ramon.
Este jueves 26 de agosto llega a los cines de todo el país “Justicia implacable”, la última película del director Guy Ritchie. Un thriller lleno de acción y un gran elenco, encabezado por el actor fetiche de Ritchie, Jason Statham. Holt McCallany, Josh Hartnett y Scott Eastwood son algunos de los otros actores de renombre. Dicen que la venganza es un plato que se sirve frío, para Guy se sirve lleno de testosterona y plomo.
El robo de un camión blindado es el puntapié inicial de toda la historia. Tiempo después de este suceso, H se une a las líneas de la misma compañía que maneja los camiones de caudales. Al avanzar los días H demostrará a sus compañeros que está más que calificado para el puesto y que no está ahí solamente por el sueldo. H busca cruzarse con los ladrones del inicio por un conjunto de razones que, ingeniosamente, la película nos irá revelando a cuentagotas.
Uno de los protagonistas invisibles del audiovisual, es el montaje. Este juega un papel fundamental en el desarrollo de la trama, ya que divide la historia por capítulos, los cuales irán atrás y adelante en el tiempo. Lo cual permite ir manejando la información que recibe el espectador habitualmente, tratando de mantener el suspenso hasta el momento del clímax. Un recurso al que el director ya echó mano en anteriores proyectos.
Algo a tener en cuenta en esta película es que es extremadamente masculina, músculos, cerveza, autos y trajes, sobresalen de cada pixel de la pantalla. Las feminidades brillan por su ausencia en un rol que realmente tenga peso en la trama. Se cuentan con la palma de una mano, dos madres, una recolectora de información y una guardia de camión. Apenas son meras entregadoras de información y no mucho más. Al parecer en el mundo del crimen de Los Ángeles y la seguridad de caudales no hay ni ovarios ni tetas.
Los diálogos, actuaciones y secuencias de acción están correctas dentro de los estándares de los thrillers policiales. No sobresalen, pero tampoco hacen que el espectador sienta que está perdiendo el tiempo. Además sucede un caso, no tan extraño, donde el protagonista (Jason Statham) le roba la película al director (Guy Ritchie). Si bien la diestra mano de Ritchie hace que no sea “una de esas películas malas de Statham”, con el tiempo el público general la etiquetará como, “esa peli donde Statham está bien”.
“Justicia implacable” se convierte en otra película del medio de Guy Ritchie. Lo cual por autonomía hace que sobresalga apenas de la media de películas del mismo tipo, pero que se encuentra muy lejos de aquel Ritchie ultraviolento y satírico que tanto enamoró a los espectadores. La vara siempre se pone más alta para quienes han generado productos de calidad con anterioridad, lo que hace que cada cosa nueva que hagan este corriendo siempre para alcanzarla. Y si bien las expectativas son altas, cuando se alcanzan o se superan, los resultados son magníficos.