Luego de la tibiamente recibida por la prensa y el público “Los Caballeros”, el inefable Guy Ritchie regresa a lo que mejor saber hacer: acción violenta, cruda y emocionante. El autor de “Juegos, Trampas y Dos Armas Humeantes” y “Snatch, Cerdos y Diamantes” se reúne con Jason Statham, sólido héroe de acción contemporáneo, diecséis años después de “Revolver” (2005).
Sin embargo, aquí, el contenido no obedece a la forma. Vemos a un Ritchie distino. Lejos de la bolsa de trucos narrativos que habitúa explorar y la vertiginosa edición que es marca registrada de sus obras, “Justicia Implacable” se prefigura como un relato no lineal que prefiere la oscuridad. Y lo hace de forma verdaderamente efectiva.
El realizador muestra su destreza dentro de un furgón de atraco, mediante un plano secuencia notable. Arroja sobre nosotros sus pesadas credenciales. Más adelante, el uso del flashback desde dos puntos de vista distintos, resulta un ardid narrativo brillante. Misma efectividad para el empleo de la música como elemento emotivo. Grandes aciertos. También, la elección de su protagonista, un hombre misterioso y de pocas palabras que sabe su rol de memoria. Es un vengador atrapado por su pasado. Es un hitman camuflado de amoralidad. Ese es Jason Statham, imitado pero jamás igualado.
Es un ejercicio de film neo noir, que abreva en la tradición de las ‘heist movies’, al mejor estilo de “Fuego Contra Fuego” Basado en la película francesa “Le Convoyeur”, recomendable por cierto, la nueva apuesta de Ritchie viene a convencernos de que la venganza es un plato que se sigue sirviendo frío.