O “La giovinezza” de Paolo Sorrentino, responsable también del guión tiene lo mejor y lo más criticable de su estilo: el eco de films de Fellini, hombres protagonistas y mujeres musas inspiradoras, sin carnadura, un enamoramiento de los paisajes que rodean ese hotel de lujo para clientes decadentes. Pero Michael Caine y Harvey Keitel brindan dos personajes al borde de la vida, adorables. Y Roly Serrano es un Maradona en su peor momento como una alegoría de lo que fue. La vida que se escapa en un film que, aún para criticarlo, hay que verlo.