Juventud

Crítica de Fernando Alvarez - Todo lo ve

El director napolitano Paolo Sorrentino cautiva al espectador con la belleza de su puesta surrealista y por un estilo incomparable. Están sublimes Michael Caine y Harvey Keitel, como dos ancianos que pasas sus días en un spa de lujo.

Después de ganar el premio Oscar a la "mejor película extranjera" con La grande belleza, el director napolitano Paolo Sorrentinoarremete con Juventud, una película que cautiva y emociona al espectador por la belleza de las imágenes, los diálogos afilados y por un estilo incomparable a la hora de contrar una historia.Juventud habla del paso del tiempo, de la vejez y de los achaques de la edad, pero siempre con una mirada positiva que coloca a los personajes en una suerte de paraíso en decadencia, un hotel ubicado al borde de los Alpes que funciona como un spa de lujo para almas en conflicto. Allí pasan sus días Fred Ballinger -Michael Caine-, un director de orquesta retirado que recibe el pedido de alguien muy especial para volver al ruedo y su amigo Mick Boyle -Harvey Keitel-, un director de cine que intenta terminar, junto a su grupo de guionistas, su próximo trabajo.Ellos se someten a baños, masajes y análisis clínicos, preocupados por sus próstatas y observando todo su entorno, en medio de apuestas y diálogos chistosos. También residen en ese lugar que parece detenido en el tiempo Kimmy Tree -Paul Dano, el de La sospecha-, un actor preocupado por su futuro ya que todos lo reconocen por haber participado en un film exitoso donde hacía de robot; un Diego Maradona en recuperación -rol a cargo del argentino Rolly Serrano- y desfilan además por la pantallaRachel Weisz como la hija de Fred yJane Fonda, una actriz en decadencia que llega para ver a su compañero Mick. Todos ellos forman parte de la fauna que el director expone sin tapujos para explorar un pasado que modifica el presente y el futuro de los personajes.Con momentos sublimes como el de Fred caminando por las pasarelas inundadas de Venecia o dirigiendo la orquesta con la ayuda de los sonidos de la naturaleza, el film gana en emoción y envuelve al espectador en un clima atípico, disfrutable desde el comienzo y plasmado con una puesta en escena coral y surrealista.La belleza femenina dice presente también con una Miss Universo que hace tambalear las mandíbulas - y mucho más- de los protagonistas y hasta un Hitler personificado que se da el lujo de tomarse vacaciones mientras sorprende a los comensales. Lo antiguo y lo moderno están en constante fricción a través de la música clásica y los ritmos pop que descubren la soledad y los silencios de otros personajes secundarios, inmersos entre la meditación y las caminatas.Juventud vale la pena como experiencia cinematográfica porque no se parece a ninguna otra película y permite el lucimiento de sus figuras centrales. Michael Caine y Harvey Keitel están sublimes en sus papeles de ancianos que contemplan sus vidas en un entorno natural donde empiezan a replantearse los próximos pasos.