Juventud

Crítica de Leonardo M. D’Espósito - Revista Noticias

Que se estrene un film dirigido por un italiano ya es (así estamos...) noticia. Esta es de Paolo Sorrentino, quien ganara el Oscar por la hermosa La grande bellezza. Bueno, aquí estamos más o menos en el mismo territorio: dos amigos -geniales Michael Caine y Harvey Keitel- y la hija de uno de ellos -Rachel Weisz- pasan vacaciones en los Alpes. Uno de ellos, músico, no quiere volver a la música: el otro, cineasta, piensa en escribir la que sería su última película. Pero lo que pasa en todo esto es el tiempo: el biológico, que ha llevado a los personajes a la vejez, y el cotidiano, que los empuja más al ocio y a mirar en perspectiva qué ha sucedido (y que, todavía, puede suceder) con y en sus vidas. Pues bien: si el film tiene muchas ideas y quiere decir a veces demasiadas cosas, también es una manera de pasar dos horas con gente brillante, escucharlos hablar, compartir lo que miran -a veces imágenes de gran belleza-, pensar en el cine como un espejo que nos invita a la reflexión pero -y aquí la gran diferencia con otras películas que la van de “filosóficas”- invitar no es imponer. Hay algo más que solo “bueno, estamos viejos, esto es lo que queda”: hay, a diferencia del género “geriátrico” que Hollywood anda desparramando, felicidad y alegría sin estridencias. Para quien se queja de que el cine es puro ruido, pues aquí tiene la oportunidad de alejarse de él, pasarla bien y guardar la experiencia en la memoria.