"Uno, dos ultraviolento"
Recuerdo que cuando hace algunos años tuve la posibilidad de ver “Kick-Ass” de Matthew Vaughn por primera vez lo hice, al igual que muchos de ustedes, a través de internet debido a que su estreno en nuestro país todavía no estaba anunciado y nada parecía cambiar ese destino a favor de esta película.
Cuando terminó aquella primera entrega lo primero que pensé fue “Hay que tener muchos huevos para hacer una película de este tipo” y mi asombro y fanatismo por aquel héroe adolescente enfundado en un traje verde y amarillo duró varios meses hasta que, finalmente, “Kick-Ass” llegó a los cines argentinos y fue allí donde hice mi conclusión final sobre este producto: Estamos frente a una película que no necesita del paso del tiempo para volverse en una de culto.
“Kick-Ass” es ahora, inmediatamente, en este momento, un suspiro y adentro. Una verdadera piña en la cara que no sabes de donde vino y que te deja aturdido y completamente lleno de adrenalina.
La secuela de aquella producción dirigida por Matthew Vaughn era un hecho casi evidente, no solo debido al éxito que tuvo el film en distintas partes del mundo (sin ser arrasador, pero si sorprendente) sino también a que la historia de estas personas comunes y corrientes que decidían convertirse en superhéroes tenía todavía muchas más aristas para ofrecer, además de la obligación de cerrar una historia.
Y ahí es donde me quiero posicionar para arrancar a hablar de los aspectos positivos de “Kick-Ass 2” dirigida por Jeff Wadlow.
En primer lugar, si viste como se inició esta historia, es una obligación que veas esta secuela porque todo adquiere una dimensión mucho más grandilocuente, violenta y épica en esta segunda parte, ofreciendo un cierre a todo trapo digno de esa mente brillante, retorcida, original y violenta que posee Mark Millar (guionista del comic en el que se basa el film).
De hecho, esta película está plagada de guiños a la obra del autor, ya sea a su obra cumbre “Wanted” (la impagable batalla final entre los buenos y los malos en un galpón), “Nemesis” (El heredero millonario que decide convertirse en supervillano) y “Hit-Girl” (que funciona como prologo a la trama de esta película).
Pero además “Kick-Ass 2” viene a cumplir una función muy similar a la que tiene la saga “Año Dos”, escrita por Mike W. Barr y dibujada por Alan Davis y Todd McFarlane, en el universo de Batman.
Si el objetivo de la primera entrega fue sentar las bases, el de la segunda es ponerlas a prueba. Eso es algo que todo lector de comics y, de ahora en más, espectador de estas clases de producciones debería tener en cuenta a la hora de valorar un film.
En “Año Dos” había una arista muy importante que era el encuentro, y posterior lucha, entre Bruce Wayne (Batman) y Joe Chill (el asesino de sus padres), teniendo en cuenta todas las implicancias que esto tenia.
Poner a la victima devenida en héroe y defensor de ciudad gótica cara a cara con el victimario, responsable de la mayor tragedia de su vida, fue algo que ofreció resultados impresionantes y bastante reveladores.
¿Qué pasa cuando la búsqueda de justicia (o venganza, según el punto de vista que lo veas) alcanza la vida privada de las personas y amenaza a aquellos seres amados que están fuera de ese ámbito en el que se desenvuelven los superhéroes? ¿Cómo reaccionan nuestros protagonistas frente a esos hechos?
Básicamente arranca lo que se conoce como “El Circulo Mortal”, donde la ley del talión es la única regla que obedecen todos los personajes, aun sabiendo que entrar en ese espiral de violencia es lo mismo que arremeter a toda velocidad contra un callejón sin salida.
¿Hay un final? Absolutamente no. En todos los círculos final y principio son invisibles, por lo que en “Kick-Ass 2” el resultado es una escalada de acción y violencia que parece no terminar hasta dejar en el suelo a todos sus protagonistas.
En el caso de la película de Wadlow, la rivalidad entre Kick-Ass y TheMotherFucker alcanza un nivel de locura y espectacularidad digna de un buen comic que sirve para desatar el circo que ofrece ese “Circulo Mortal”.
Precisamente la transformación de Red Mist en The MotherFucker es la segunda clave de este film, básicamente por ser el empujón necesario para arrancar con todo ese círculo de violencia, venganza y búsqueda de (falsa) justicia por parte de estos dos protagonistas.
De hecho, The Motherfucker, interpretado de forma muy convincente por Chistopher Mintz-Plasse, termina convirtiéndose en la gran atracción del film con algunos momentos más que memorables.
Eso no es casualidad, ya que tanto Kick-Ass (a quien se lo explotó de forma correcta en la primera película) aquí no es el centro de atención absoluto, como así tampoco lo es Hit Girl, quien en este film es el punto más flojo.
Decir eso no es poca cosa, ya que sin dudas el personaje interpretado por Chloë Grace Moretz era una de las piezas claves de la película dirigida por Vaughn, pero aquí el error es grosero al darle elementos innecesarios y estúpidos.
¿Era necesario ver a Hit Girl tratando de sobrevivir en la secundaria a sus compañeras de clases? ¿Era necesario, además, que se tomaran tanto tiempo para resolver esa subtrama de forma tan estúpida y absurda?
Ver a Hit Girl en el colegio, es como ver a John McClane trabajando de seguridad en una biblioteca. No tiene sentido alguno, carece de gracia y es una pérdida de tiempo.
Una vez que la producción de Wadlow se saca de encima esa floja subtrama, donde ni siquiera la comedia ni la acida critica a la adolescencia moderna y sus relaciones funcionan de forma correcta, “Kick-Ass 2” muestra sus verdaderos dientes y difieren bastante de los que mostró su predecesora.
Mucha acción (y de la buena), mucha más violencia y mucho más alejada de ese tono realista que se le impregnó a la primera parte, para entrar de lleno así en lo absurdo, polémico y tremendamente divertido que puede ser un mundo donde la gente arregle sus problemas escondiendo su identidad bajo mascaras y ridículos disfraces.
De hecho, Wadlow se da hasta el gusto de meter personajes entrañables e interesantes que son explotados de forma correcta a lo largo del film terminando por ofrecer una galería a la cual solo puedo resumir en las siguientes palabras: “Kick-Ass 2” es la mezcla perfecta de “Wathcmen” y “Wanted”.
Desde The Mother Russia, el Dr. Gravedad, Battle Guy, Black Death y Tumor hasta la bellísima Night Bitch, interpretada por la hermosa Lindy Booth.
Párrafo aparte para un conjunto de superhéroes que agregan ese toque amargo y critico que realmente funciona en “Kick-Ass 2”.
Uno de ellos es el caso del “Coronel Barras y Estrellas” interpretado notablemente por Jim Carrey, quien luego de ver el corte final del film decidió alejarse por completo de toda la campaña de promoción de “Kick-Ass 2” debido a que consideró su alto contenido de violencia como un mensaje no favorable para el desarrollo de los jóvenes en estos tiempos.
Sin embargo, el personaje de Carrey (un mafioso devenido en vigilante nocturno), recuerda muchísimo al de The Comedian (Watchmen) donde un personaje detestable por su pasado termina convirtiéndose en una de las pocas personas cuerdas dentro de una sociedad que está cada vez más loca.
El pasado no lo condena, sino que al contrario y paradójicamente, termina por entregarle las herramientas necesarias para tratar de poner orden dentro del caos que define al presente.
Otro de los casos es el de la dupla de “héroes” denominada “Los Papás de Tommy” que consiste básicamente en dos padres que perdieron a su hijo y deciden salir a la calle como vigilantes enmascarados para tratar de que eso no le suceda a otra familia debido a la inoperatividad de las fuerzas policiales.
“Kick-Ass 2” tiene esa cuota de seriedad también, escondida debajo de todo ese manto de explosiones y violencia desenfrenada, que no es más que un simple pero eficaz llamado de atención en forma de crítica hacia los niveles de ridiculez que han alcanzado la inoperancia política como así también los intentos de los mismos ciudadanos de tratar de mantenerse seguros en una sociedad que ellos mismos parecen alterar a propósito.
El realismo de esta historia radica en que los fundamentos que justifican el accionar de nuestros protagonistas son tapa de diarios todos los días, ya sea en nuestro país, como en cualquier otra parte del mundo.
Pero uno seguramente ira a ver “Kick-Ass 2” con un solo objetivo: Entretenerse y divertirse, pese a que el contexto (repito por enésima vez, muy violento) a veces parezca tan cercano a nuestra realidad.
A veces hay que reírse de ciertas cosas, a través del ridículo, para poder asimilarlas y entender la verdadera seriedad del asunto.
“Kick-Ass 2” se convierte así en un entretenimiento garantizado que no alcanza los niveles de excelencia de su predecesora porque es consciente de querer ofrecer otra clase de entretenimiento, con las mismas herramientas, pero objetivos diferentes.
Como diría el Coronel Barras y Estrellas: “Lo importante es divertirse” y no importa, claro, si hay que hacerlo tratando de sobrevivir en un mundo cada vez más violento e irracional.