Tenía altísimas expectativas con la llegada de la secuela de “Kick Ass”. La primera me había parecido un producto original, fresco, divertido, (más allá de que no conocía el cómic) por lo que esperaba una segunda parte aún más ruidosa, comprometida y oscura.
Sin embargo, esta segunda entrega de la naciente franquicia, apenas logra sostener el interés por algunos personajes (hay bastante renovación), presenta un guión plano y lineal (dos bandos sin matices) y focaliza en la destrucción feroz (y sádica, desde algún lugar) antes que en las buenas ideas que sustentaron la primera.
Podríamos aventurar que se instala en ver cómo se adaptan (o no) al mundo, los héroes y villanos centrales (Kick Ass, Hit Girl y The Motherfucker –?-) o como resuelven los problemas que tienen inconclusos con las figuras paternas (ya verán porqué).
La historia sigue a Dave Lizewski (Aaron Johnson) quien colgó la capa y trata de pasar desapercibido mientras resuelve cómo seguir adelante con su vida después de todo lo sucedido en la primera parte. De hecho, muchos “justicieros” ahora patrullan las calles (llamarlos superhéroes sería demasiado no?) y lo tientan para trabajar juntos.
Ya no sería pelear solo. Bah, presentar batalla y que le rompan la cara, como ya hemos visto en la primera. El quiere formar un grupo en el que esté Hit Girl (Chloë Grace Moretz), pero ella está muy jugada ya que su tutor no quiere ni oir hablar del tema y hay una promesa en el medio que no puede romperse en ese sentido. No importa, Dave da con una banda a su medida (donde se encuentra el Coronel Barras y Estrellas – Jim Carrey volviendo al ruedo) para impartir justicia y proteger a los buenos.
En esa vuelta nos topamos con Chris D’Amico (Christopher Mintz-Plasse), quien sigue envenenado por la muerte de su padre y se cambia el nombre para mostrar una versión recargada de sí mismo (El h…de p…, literalmente – The Motherfucker) y tratandose de vengarse por todo lo sufrido. Tiene mucho dinero y eso le permite armar un grupo de sujetos bien siniestros que confrontan con la banda de Kick Ass and friends de la peor manera.
A ver, Jeff Wadlow se hace cargo de llevar adelante esta entrega y ofrece coreografías ajustadas a la hora de la acción (eso no se lo podemos negar) pero no despliega en su menú, segmentos y situaciones donde haya emociones que impacten. Hay locura, pero poco corazón y fibra a la hora del relato.
Desgraciadamente, también le falta humor, de alguna manera se instala en un microclima propio que comprime muchas escenas que podrían ser importantes, en poco tiempo . Apenas cumple con la presentación de la creciente variedad de personajes que puebla la cinta, y en poco más.
No hay profundidad en las relaciones entre los héroes y sus enemigos (tanto sea, como grupo propio o rivales), y esta falencia genera cierta mecanización de la acción que nos lleva, rápidamente, a descubrir la sucesión de hechos y su final, con bastante antelación.
Casi no hay sorpresa y se siente. Probablemente el guión descansa en los enfrentamientos cuerpo a cuerpo y el carisma de Hit Girl. Una franquicia que esperábamos con ansias y cuyo resultado final promedia por debajo de su antecesora. Veremos si hay chances de dejar de “recargarla” y de cara a la próxima (si es que se contara esa posibilidad) en cambio, generar “revoluciones” en ella.