Your Name: Amores como el nuestro…
Llega finalmente a cines, la cinta de animé que más recaudó el año pasado y batió records.
Antes que nada, voy a decir que no soy espectador de animé (más allá de Dragon Ball Z o Supercampeones en mi infancia), pero cuando un film excede sus fronteras y bate records de críticas y público, se animado o live-action, no solo me llama la atención sino que me invita a ampliar mis horizontes. Y debo decir que Your Name (Kimi No Nawa, 2016) es una película que es imprescindible para cualquier espectador. Una fábula. Una historia de amor. Un film de ciencia ficción. Una comedia romántica. Todo eso y mucho más. Una cinta llena de experiencias emocionales y sensoriales que es obligatorio ver.
En este film dirigido por Makoto Shinkai (El Jardín de las Palabras) seguimos la historia de Mitsuha, una joven de un pueblo bien tradicionalista que vive con su abuela y su pequeña hermana. Mitsuha se debate entre las firmes tradiciones y su deseo de salir de ese lugar que parece anclado en el tiempo. A su vez, en el otro lado del país (más precisamente en Tokyo), tenemos a Taki, un pibe que estudia y trabaja como mesero en un restaurante italiano.
Las vidas de Taki y Mitsuha se cruzarán de manera misteriosa y literal cuando uno despierte en el cuerpo del otro y deban vivir un día cada tanto las experiencias de jóvenes tan distintos culturalmente y tan separados. Esta unión (al parecer por un pedido a los dioses de parte de Mitsuha) hará que los jóvenes entiendan más sobre su parte interior femenina (en el chico) y masculina (en la chica). Pero no solo esto, sino que las experiencias se complementarán en toda la duración del film, llevándonos desde la risa a la emoción, haciéndonos entender que no somo tan diferentes. Valorando tanto la naturaleza, las tradiciones, como la vida urbana tan bien plasmada por Shinkai; así como también que estamos conectados de alguna manera desde el microcosmos hacia el macrocosmos.
No quiero abundar en detalles porque sería spoilear un film que es menester SENTIRLO con todos los sentidos. La animación tradicional con la moderna se fusionan de una manera armónica, así como la banda sonora, pieza esencial en todos los pasajes de la cinta. Un disfrute distinto, con un argumento tan emocional como sorprendente y fresco. Una película y un director que se encuentran entre los más grandes del género en Japón. Y si no les, debería serlo.