Conocimos la primera entrega de «Kingsman» en el año 2015, adaptando la novela gráfica de Mark Miller. El ingenio, la diversión y el cinismo confluían en una serie de escenas de acción originales que nos insuflaban de buen ánimo. Nuevos vientos soplaban en el anquilosado cine de acción. Siete años después, la propuesta se agota en sí misma, mediante un estreno en cartelera que solo trae la suave brisa de la anodina repetición. Un eco. apenas, de lo que alguna vez fuera, en manos del inventivo cineasta Matthew Vaughn. Satirizando al género de espías, «King’s Man» fraguó su éxito mediante una sostenida combinación de humor y giros sorprendentes. También recurriendo a elencos corales, como es aquí el caso, descansando en la labor de rostros familiares como Ralph Fiennes, Rhys Ifans, Daniel Bruhl y Djimon Hounsou. La premisa argumental intenta explicarnos cuales fueron los factores y acontecimientos que dieron inicio a esta sociedad secreta, de tal forma, la antesala de las primeras películas amalgama elementos históricos y ficticios para justificar una precuela cuyos eventos relatados no clarifican lo ya observado en sendas anteriores entregas. La consecuencia del último minuto que valida su existencia.