La primera película de Kingsman fue una buena sorpresa, porque si bien el director ya había mostrado su locura con Kick Ass, era otra cosa distinta.
Y lo que pasa con esta secuela es que se pierde la sorpresa de conocer al personaje (y la mano del director), por lo que está por debajo de aquella estrenada hace dos años.
Pero no quita que tenga escenas brillantes como la del comienzo, personajes nuevos muy bien puestos como el de Julianne Moore y aparicieron brillantes, como la de conocido cantante británico.
Con todo esto igual se hace un toque larga la película y le resta unos puntos, pero quien quiera ir a reirse un rato y ver como filma este tipo, Kingsman no fallará... quizás no quede en el recuerdo, pero si les hará pasar un momento agradable y bizarro.