Hace un par de años, cuando uno pensaba que nada nuevo se podía inventar en el mundo del cine de espías, llegó Kingsman y demostró lo equivocados que estábamos. Este año llega su secuela Kingsman: El círculo dorado y con muy sutiles pero contundentes cambios retrocede en las conquistas de su predecesora, aunque funciona más que bien como film de acción.
Eggsy es el nuevo y joven encargado del local de Kingsman. Saliendo del mismo sufre un intento de secuestro y/o asesinato que desemboca en una investigación sobre una banda de rufianes unidos por un símbolo dorado en forma de anillo. Pero el fracaso del plan de los asesinos es sólo aparente y Poppy (la villana de turno) logra destruir, en un parpadeo, a la organización de agentes encubiertos más poderosa del Reino Unido.
Por suerte nada está librado al azar en la organización y los Kingsman tienen un protocolo a seguir ante semejante problema. Ese protocolo los lleva a USA, donde una organización muy parecida a la de ellos, opera en la clandestinidad. Y así comienza la cacería sobre la malvada Poppy y el intento por detener su plan para dominar al mundo.
Hace ya varios años, Wes Craven había dejó asentadas en su película Scream 2 (1997) las reglas para una secuela. Todo tiene que ser más grande, más impactante, más elaborado. La segunda entrega de Kingsman es, sin dudas, eso. Lamentablemente “eso” implica también que la sutileza y la… ¿elegancia? de la primera entrega no estén presentes en el nuevo film. Todo es muy estrafalario y complejo, pero se perdió un poco esa estética tan cuidada del guion anterior.
Sí siguen estando las grandes actuaciones. Esta nueva entrega tiene nuevamente a Colin Firth y agrega grandes actores como Jeff Bridges y Julianne Moore. Moore está encargada de interpretar a Poppy, la estrafalaria pero conservadora villana que combina el más sangriento malvado de Bond con una ama de casa de la época dorada de los suburbios de los Estados Unidos.
Sin dudas las mejores carcajadas se las llevará el cameo sorpresa (mejor no spoilear), pero no serán las únicas. El film más allá de perder en comparación con el anterior logra mantener un buen ritmo y es muy entretenido de ver.